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viernes, 30 de marzo de 2012

Neuropatía periférica, puede confundirse con enfermedad de Marek. Es exclusiva de una linea?

Por: Bernardo Mejía Arango M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor; cualquier uso o reproducción debe contar con autorización previa.

La neuropatía periferica en aves puede ser confundida con una de las formas de presentación de la enfermedad de Marek.
Presento un caso en aves de una linea o raza y edad diferente de las que convencionalmente se considera  que padecen neuropatía periférica, con un diagnóstico similar.

Planteo la posibilidad de que otras lineas aviares diferentes de la o las que convencionalmente padecen la enfermedad, puedan presentar  cuadros  iguales o similares.

INFORMACION SOBRE LA NEUROPATIA PERIFERICA EN AVES
La parálisis de extremidades pélvicas en aves y el edema junto con la infiltración linfocítica de nervios periféricos, históricamente  ha estado asociado con la enfermedad de Marek.
En años recientes,   se he reconocido una enfermedad neurológica  en pollonas, la cual es similar a la enfermedad de Marek, pero  que no es producida por el virus de la enfermedad de Marek; esta nueva condición patológica ha sido denominada “neuropatía periférica”.
Muchas condiciones neurológicas similares a la enfermedad de Marek se han diagnosticado desde que en 1926  se reportó el síndrome paralítico en aves “range paralysis”, hoy conocido como enfermedad de Marek.
Suena extraño, pero  determinados signos y lesiones de origen neural que tradicionalmente  se creyó que eran característicos de la enfermedad de Marek, resulta que no lo son: varios agentes etiológicos pueden  dar origen a edema y engrosamiento de nervios periféricos con infiltrados de céluls mononucleares.

Un agente  etiológico produce estos signos y lesiones en condiciones naturales (Virus de Marek) y otros en condiciones expermentales  como por ejemplo los virus de la reticuloendoteliosis y el virus de la Leucosis J pueden producir lesiones neurales similares a los de la enfermedad de Marek, esto no se ha demostrado en  infecciones “de campo” o de ocurrencia natural. La neuritis periférica en aves, condición que se presenta en forma espontánea no experimental, puede igualmente confundirse macro y microscopicamente con la enfermedad de Marek.
Lo que si es bien claro  es que los diagnósticos de enfermedad de Marek por métodos convencionales de histopatología, requieren  otras técnicas de laboratorio para su confirmación. Esta es solo una de las razones por las cuales se generan conflictos, cuando se diagnostica enfermedad de Marek por histopatología.
En 1982 se reportó la polineuritis idiopática en aves, en las cuales los nervios periféricos estaban aumentados de tamaño con lesiones tipo B de  enfermedad de Marek (Desmielinización, edema, infiltración  difusa de linfocitos y células plasmáticas). No hubo evidencia de  infección con el virus de Marek o con otros virus, no se puedo reproducir por inoculación experimental.
En 1992 se  cuestionó el diagnóstico de enfermedad de Marek para aquellos casos de afección de nervios periféricos tipo B de Marek y  se propuso el término neuropatía periférica, en vista de que los casos registrados hasta aquel entonces, procedían de lotes vacunados contra la enfermedad de Marek (Julian, R.J. (1992). Peripheral neuropathy causing “range paralysis” in leghorn pullets (abstract). In Proceedings of the 129th Annual Meeting American Veterinary Medical Association, Boston, MA, August 1–5 (p. 130).

En el artículo sobre neuropatía periférica, hablando de enfermedades y condiciones emergentes en ponedoras, el doctor Francisco Bustos Malavet tradujo para  la “Jornada Técnica Nacional, Patologías del Complejo Respiratorio Aviar” (Ibagué, Colombia, octubre 2 al 5 de 2007)  el artículo  sobre el tema, escrito por Kenton kreager (de la Hy Line International): “Enfermedades y condiciones emergentes en ponedoras. Neuropatía periférica” En dicho artículo se menciona que  los síntomas clínicos asociados con esta condición, son parálisis de  los músculos de las piernas y las aves no son capaces de permanecer en pie.
Menciona igualmente que pollonas entre 6 y 16 semanas son las más afectadas y que la mortalidad es elevada en condiciones de manejo estándar y puede alcanzar 2 a 5% en un plantel.
Las lesiones postmortem consisten en un ligero aumento de volumen  de los nervios ciáticos en los miembros de algunas pollonas afectadas. Al examen microscópico las lesiones  de la neuropatía periférica no pueden diferenciarse de las de la enfermedad de Marek ya que ambas semejan la forma  más suave de tipo B; la mejor forma de distinguirla es que la enfermedad de Marek debe inducir lesiones  macro y microscópicas en otros órganos como el hígado, proventrículo, bazo, cerebro, riñones y ovario.
El doctor Kenton en su artículo sobre neuropatía periférica menciona que la evidencia experimental sugiere que esta condición patológica en aves puede ser una reacción autoinmune contra el tejido nervioso, desencadenada por el ave ante  vacunas comunes. Menciona igualmente el doctor Kenton, que  parece que existe un aspecto genético el cual ha sido reconocido solamente en ciertas razas de ponedoras con ciertos tipos de sangre (no menciona cuáles).
La vacunación contra al enfermedad de Marek no previene contra la neuropatía periférica. Ni parece ser la causa. En el momento, no existe la manera de prevenir o tratar esta condición (Considerada como un síndrome);  en razas conocidas de ponedoras que presentan neuropatía periférica, los productores deben prepararse para alguna mortalidad durante el levante.
El doctor L.D. Bacon, es uno de los estudiosos del tema. En el año 2001  la revista Avian Pathology (Avian Pathol. 2001 Oct;30(5):487-99) publicó un trabajo desarrollado con dos científicos más, los doctores Witter, R.L. y  Silva R.F:  “caracterización y reproducción experimental de la neuropatía periférica en pollas White Leghorn”. En su trabajo demostraron definitivamente que la neuropatía periférica es una entidad diferente de la enfermedad de Marek y establecieron algunos criterios para su diagnostico diferencial.  (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19184938)
Una afirmación que vale la pena mencionar en relación con el trabajo del doctor Bacon, es que  en sus estudios propuso que la neuropatía periférica representa una reacción autoinmune al tejido nervioso que resulta de la respuesta desencadenante ante   una combinación de vacunas comunes (Marek, Gumboro, Newcastle y bronquitis infecciosa), no obstante que la susceptibilidad puede estar genéticamente determinada. Una de las conclusiones de su estudio es que existe una fuerte influencia del complejo mayor de histocompatibilidad (Complejo B) en el desarrollo de la neuropatía periférica, tanto en la inducida experimentalmente como en la que se da en condiciones de campo y señala al haplotipo B*19 como el que confiere la suceptibilidad.
La neuropatía periférica en aves permite abrir un replanteamiento frente al diagnóstico de la enfermedad de Marek, únicamente basándose en los hallazgos neurales; se requiere reconfirmación con otras técnicas, al menos mientras no sea bien clara y la imagen semeje un estado inflamatorio al cual se parece el estado B de la lesión en nervio ciático.
Existe un trabajo en medicina humana, que relaciona a la neuropatía periférica que se presenta en aves, con las polineuropatías agudas desmielinizantes en humanos. Con conclusiones similares  a las del doctor Bacon.
Este es un resumen: en la revista J Neuroinflamation (J Neuroinflammation. 2010; 7: 7.) un grupo de 11 investigadores a la cabeza de los cuales se encuentra la doctora Sophie R. Bader, publicaron un trabajo denominado “Síndrome paralitico agudo en aves White Leghorn jóvenes, similaridad con estadios finales de  polineuropatías agudas inflamatorias desmielinizantes en humanos” . En dicho trabajo excluyeron la enfermedad de Marek como implicada en el problema; como el título lo indica, existen marcadas similaridades entre la neuropatía periférica en aves White Leghorn jóvenes y los estadios finales de las polineuropatías descritas antes en humanos.

En dicho trabajo concluyeron que la neuropatía periférica en aves (Al igual que la polineuropatía desmielinizante en humanos), es un estado inflamatorio mediado por células, afecta múltiples nervios espinales y raíces nerviosas con atenuación proximodistal. Las manifestaciones clínicas coinciden con el empleo de mecanismos de respuesta inmune que compromete la participación de células plasmáticas, la deposición de un complejo de mielina ligado a Inmunoglobulina G y un anticuerpo dependiente de la interrelación macrófago-mielina. Igualmente ubicaron inmunológicamente a enfermedad y el papel frente al complejo mayor de histocompatibilidad.
PODRIA PRESENTARSE LA NEUROPATIA PERIFERICA EN OTRAS LINEAS O RAZAS DE AVES?
Imgen No. 1: Aves de una linea de postura, de color marrón, de 25 semanas de edad,  de un lote de 40.000 animales de los cuales 10.000 estaban afectados. Las aves fueron examinadas por presentar postración, bajo consumo de alimento, bajo peso,  desuniformidad del lote.

Imagen No. 2:  Aspecto macroscópico de nervios ciáticos procedentes de las aves que se observan en la imagen No. 1:  engrosamiento, tumefacción, aspecto edematoso. No se observan las estrías.
                                               
Imagen No. 3: A las aves del caso de que tratan las imágenes anteriores, se les examinaron macroscopicamente las raíces nerviosas y la medula espinal. Las raíces nerivosas presentan un aspecto macroscópico similar al de los nervios ciáticos.

Imagen No. 4: Cuatro cortes de nervios ciáticos procedentes de las aves presentadas en la imagen  No. 1. En las tres imágenes de la izquierda (hematoxilina-Eosina, 40X), se observan los nervios ciáticos con infitrados discretos de células mononucleares (Linfocitos y células plasmáticas). La imagen de la derecha en una ampliación 100X) de una de las tres primeras.
Las aves del caso que se presenta:
  • Exceden la edad de los casos reportados  convencionalmente en neuropatía periférica.
  • Tienen un plan vacunal como el que se reporta que puede desencadenar la neuropatía periférica.
  • Tienen una uniformidad en el cuadro clinico-patológico: no hay variaciones en el tipo de parálisis.
  • No hay evidencia (No la encontré o no hay estudios) de que sean geneticamente susceptibles a la neuropatía periférica.
  • Las lesiones macroscópicas son similares en  las aves examinadas.
  • No presentaron durante la evolución del problema, lesiones de tipo tumoral.
  • No se  encontraron en la evaluación histopatológica, infiltrados linfoides compatibles con enfermedad de Marek en órganos diferentes de los nervios ciáticos.
  • Las lesiones  observadas en nervios ciáticos, corresponden a un esto muy suave del tipo B de infiltracion por céluls mononucleares de enfermedad de Marek.
  • No se desarrollaron técnicas complementarias a partir de muestras de estas aves, tendientes a investigar neuropatía periférica ni enfermedad de Marek.

CUÁL ES SUCONCEPTO?

sábado, 24 de marzo de 2012

Marek: una enfermedad, a veces un litigio.


Por: Bernardo Mejía Arango  M,V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imagenes: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier reproducción o utilización debe contar con aprobación previa.


Enfermedad de Marek, gallinas de 30 semanas de un lote de 60.000 aves; la historia indica 60 animales afectados con 40  de elllos muertos;  se informan síntomas respiratorios,  secreción mucosa nasal, crestas "marchitas", palidez de la cáscara  de los huevos. Es decir, no se había notado que había aves con parálisis y el hallazgo de Marek fué incidental de necropsia y evaluación histopatológica. Las dos imágenes son del mismo caso.
La enfermedad de Marek se describió por primera vez por el Veterinario húngaro Jozsef Marek en 1906, la llamó polineuritis, pero solo 20 años después fue reconocida en Estados Unidos y Holanda y se le llamó parálisis aviar.

Antes de 1970, la enfermedad de Marek representaba un problema sanitario grave debido a las pérdidas por el aspecto tumoral de la piel y de las vísceras de las aves afectadas. Estos problemas  casi que se detuvieron por completo con el advenimiento de las  vacunas. Afortunadamente en la actualidad no constituye un diagnóstico frecuente, pero cuando se presenta, a veces se vuelve un litigio.

El virus causante de la enfermedad de Marek pertenece a la familia Herpesviridae la cual se divide en tres subfamilias: Alphaherpesvirinae, Betaherpesvirinae y Gammaherpespvirinae. En algunas revisiones se contempla una cuarta subfamilia: Ammaherpevirinae

En la subfamilia Gammaherpesvirinae se encuentra el género Lyfulphocryptovirus, el cual tiene entre sus miembros al  Gallidherpesvirus 2 (Herpesvirus 1 de la enfermedad de Marek).

Considerando la antigenicidad de los herpesvirus se han descrito tres serotipos:


  • Virus de la enfermedad de Marek  de baja y alta virulencia y cepas atenuadas.
  • Herpesvirus de pollo, avirulento y no oncogénico.
  • HVT: avirulento y no oncogénico, antigénicamente relacionado con el herpesvirus causante de la enfermedad de Marek, propiedad empleada para la fabricación de vacunas.

El diagnóstico de enfermedad de Marek afortunadamente no es frecuente. Es un diagnóstico que causa controversia y la verdad es que ninguna casa responsable de la producción de aves o responsable de la producción de vacunas, quisiera  verse implicada en el hecho de que las aves (jóvenes),  padezcan la enfermedad.

Independientemente de la honestidad de uno y otro lado (Tanto del avicultor quien compra las aves como la casa comercial que vende las aves que enferman de  Marek y sin querer decir que haga falta este ingrediente de la honestidad), cuando se  hace el diagnóstico de la enfermedad de Marek (Sobretodo en pollonas), no es el común denominador, pero con frecuencia se forma un pugna entre el propietario de las aves y el productor de la vacuna o la casa productora de las aves: el primero atribuye la presentación de la enfermedad de Marek a una falla en la vacuna y entre sus  pretensiones siempre está el de una indemnización; los segundos, el productor de vacunas y la casa  comercial que produce las aves, tratan de defenderse de  una u  otra manera.

En esta pugna resulta involucrado el patólogo quien hace el diagnóstico: una de las opciones por las que  el productor de la vacuna o la entidad quien produce las aves optan, es por verificar si el diagnóstico estuvo bien, y es cuando comienzan a pedir segundos conceptos, esperando la posibilidad de que no haya coincidencia con el segundo o tercer concepto, es decir, palabras más palabras menos, que el patólogo a quien llevaron las muestras se haya equivocado.

Al respecto, el doctor Guillermo Zabala del Poultry Diagnostic and Research Center, Department of Population Health de la Universidad de Georgia, afirma lo siguiente en una conferencia titulada “Epidemiología reciente y diagnóstico de enfermedades tumorales”:  “Ocasionalmente se registran brotes de enfermedad de Marek derivados de problemas de calidad o de manejo o de reconstitución y aplicación de vacunas, pero son raros los problemas causados genuinamente por virus muy virulentos contra los que las vacunas comerciales no protegen, o por mala calidad de las vacunas, sin embargo, dado que estos brotes se presentan y que existen diversas etiologías de virus  oncogénicos, ocasionalmente se hace necesario recurrir a métodos diagnóstico que permitan una conclusión definitiva”

La infección con el virus de la enfermedad de Marek tiene un efecto de inmunodepresión (Estado temporal o permanente de disfunción de la respuesta inmune, bien sea por anticuerpos o por células), produce apoptosis (Muerte programada de las células), pero se desconocen los mecanismos involucrados en la inducción. El daño más importante quizá se deriva del hecho de que el virus de la enfermedad de Marek afecta una gran parte de la población de linfocitos de la bolsa de Fabricio y del timo.

La inmunodepresión es entonces el factor determinante de la presencia de infecciones debidas al aumento de susceptibilidad  y tales infecciones producto de la inmunodepresión son en último término las causantes de las pérdidas económicas;  una vez establecida la infección con el virus de la enfermedad de Marek, no hay manera de detenerla y ahí el temor a que un lote salga infectado y que haya alteraciones en la conversión  y por lo tanto en la productividad.

La transmisión es horizontal, no se ha demostrado transmisión vertical, lo que debe quedar muy claro para aumentar la práctica de explotación avícola “Todo adentro, todo afuera”, en combinación con adecuados programas de vacunación.

Cuando se hizo la revisión en este mismo blog sobre la depleción linfoide y las lesiones atróficas de la bolsa de Fabricio, se mencionó el virus de la enfermedad de Marek como uno de los causantes de esta morfología que muestra en términos gráficos la inmunodepresión.

Pues las vacunas que protegen tanto  contra la enfermedad de Marek como contra la enfermedad infecciosa de la bolsa, al replicarse en las células linfoides y por sí mismas son también responsables de inmunodepresión.

Es difícil, por no decir que  imposible, decir con solo las imágenes, cuando el efecto es por  virus infectivo (Con excepción de los altamente virulentos) y cuando el efecto es por virus vacunal. Como el efecto benéfico se obtiene con el tiempo, los beneficios obtenidos por las vacunas son más importantes que el detrimento  que ellas pueden producir.

En uno de los artículos revisados encontré resumidos los principales efectos inmunodepresores del virus de la enfermedad de Marek:

  • Produce linfólisis de los linfocitos B, ello implica depleción linfoide y lesiones atróficas de la bolsa de Fabricio.
  • Transformación de las células CD4 (Th). Consecuencia: atrofia del timo y lesiones degenerativas de la médula ósea.
  • Presencia de macrófagos supresores;  depresión temprana de la inmunidad celular.
  • Bloqueo del transporte del MCH-I (Complejo mayor de histocompatibilidad)+péptido viral: impide la respuesta inmunológica dependiente del papel que juega el complejo mayor de histocompatibilidad.
  • Inhibe la actividad de las células NK (Células asesinas naturales).
  • Interfiere la activación del complemento por la vía alterna en dos puntos diferentes.
Es importante el entendimiento en forma global de la patogénesis y por tato de cómo actúa el virus, para entender muchas de las cosas relacionadas con el diagnóstico histopatológico: es una evaluación morfológica y como sus características varían según varios factores que trataré de exponer en los siguientes párrafos, luego de la revisión efectuada:

Las diferentes fases de la enfermedad de  Marek y por tanto las formas como se reconocen, tienen que ver en la manera cómo actúa el virus en el organismo de las aves, según la fase de infección y la interacción entre el virus y la célula infectada.

El virus de la enfermedad de Marek ingresa por vía aerógena, en el pulmón es fagocitado por los macrófagos quienes lo distribuyen hacia el bazo, el timo y la bolsa de Fabricio (12 horas).

Viene la infección productiva-restrictiva que dura tres a siete días en los que le virus al invadir los órganos linfoides, produce partículas virales incompletas, afecta los linfocitos B principalmente y en menor proporción a los linfocitos B. La necrosis y posterior atrofia linfoide producen inmunodepresión permanente humoral y celular.

La infección productiva restrictiva: se presenta en linfocitos y células epiteliales. Se caracteriza porque el virus  sin envoltura (desnudo), ocasiona necrosis en células epiteliales de la bolsa de Fabricio, timo, bazo, hígado, nervios y ojo.

Después del día 7, cambia de productiva y restrictiva a latente, en la que los linfocitos atacados son principalmente los T activados y algunos B, aparece el antígeno viral de membrana celular denominado MATSA (Marek disease tumor-associated surface antigen)  y los linfocitos T activados se encargan de distribuir el virus.

A partir de esta fase el virus no necesita linfocitos para su replicación y lo puede hacer en células de proventrículo, riñón, foliculo plumoso, páncreas y adrenal.

En proventrículo produce necrosis glandular y engrosamiento de la mucosa lo que se traduce en mala digestión y malabsorción.

Al final de la infección latente y después de 12 días se presenta una segunda fase citolítica en organos linfoides y  se puede ver la infiltración de nervios.

Emfermedad de Marek. Pollos de engorde de  cuatro semanas de edad. La imagen de la izquierda (Hematoxilina-Eosina, 40X) muestra un corte normal de nervio ciático. Las imágenes del  centro (Hematoxilina-Eosina 40X) y su ampliación (100X), la de la derecha, muestran infiltrados perivasculares y en los espacios intersticiales del nervio, de células linfoides anaplásicas y pleomórficas como las descritas en el texto. La imagen de la derecha presenta una flecha que señala una celula que morfologicamente es compatible con una célula de Marek.
Luego se inicia la infección productiva en la que se produce infiltración periférica a  folículos plumosos (los epiteliocitos de la dermis y folículos plumosos presentan cuerpos de inclusión intranucleares), los viriones que los componen son infectantes y se liberan al medio ambiente con la caspa cutánea y plumosa.

La última etapa, la de Infección transformante: consiste en la transformación de linfoblastos (de origen LT) a un estado maligno, al producir los linfomas característicos de la enfermedad de Marek que se pueden encontrar después de los 21 días postinfección, pero es más común que se hagan patentes hacia la sexta u octava semana postinfección.

No obstante que la fase transformante implica la transformación de linfocitos T, las neoplasias por el virus de la enfermedad de Marek se caracterizan por estar constituidas también por  linfocitos B, macrófagos y células plasmáticas.

Existen cinco presentaciones tumorales de la enfermedad de Marek:

  1. Cutánea: aumento de tamaño de los folículos de la pluma, región crural externa y pterilo dorsal cervical. Común en pollo de engorde de 8 a 9 semanas. Se puede dar en gallinas pero la lesión es reversible  y al final de la etapa de postura ya no se ven lo tumores.
  2. Visceral: tumores linfoides en ovario, pulmón, miocardio, mesentereo, riñón, hígado, bazo, adrenal, páncreas, proventrículo e intestino. Se pueden ver desde las cuatro semanas de edad,  son nódulos de diferente tamaño, de color blanco, bien delimitados. Se pueden confundir con las de Leucosis linfoide. De hecho no es posible diferenciarlas macroscópicamente

Imágenes de riñón  de pollo de engorde de cuatro semanas (Hematoxilina-Eosina, 10X, 40X  y 100X respectivamente). Se nota claramente que es un infiltrado intesticial de células linfoides, que nada tiene que ver con centros germinales y/o los restos de áreas de hematopoyesis extramedular.  Estos infiltrados (Como el de esta imagen llega a ser masivos y merecen una valoración para enfermedad de Marek  mediante otras técnicas de laboratorio (Técnicas moleculares por ejemplo). Su reporte causa gran controversia con patólogos quienes no están de acuerdo con que estas imágenes correspondan a enfermedad de Marek.
                         
Los tumores viscerales se pueden ver en ausencia de lesion en nervios. La bolsa se puede ver afectada aunque rara vez desarrolla tumores como tal, los linfocitos tumorales se infiltran en forma difusa, lo que difiere de las infiltraciones  nodulares de leucosis linfoide.

Lesiones de enfermedad de Marek. Gallinas de  29 semanas de edad, las cuales tenían afecciones en nervio ciático. Las imágenes muestran Infiltrados intersticiales hepáticos de céluls linfoides (Hematoxilina-Eosina, 10X, 40X y 100C respectivamente). Su morfología corresponde con la descrita en el texto. Se pueden encontrar lesiones histopatológicas tanto de enfermedad de Marek como de leucosis linfoide, en forma concomitante.

      3.    Presentación muscular: poco frecuente, afecta aves jóvenes y adultas. Se aprecian tumores 
              linfoides difusos o nodulares, superficiales y/o profundos, principalmente en la pechuga.
      4.    Ocular: se caracteriza por iridociclitis, con coloración gris del ojo y distorsión de la pupila 
             ocasionada por infiltración de células tumorales en nervio óptico, es frecuente en levante y 
             postura.

Enfermedad de Marek, forma ocular. Ave de levante de 16 semanas de edad. Obsérvese la tonalidad griácea del iris debida a iridociclitis
                 
             5.    Neural: es la más característica desde el punto de vista clínico, se observa en el 20 a   
                    40% de las aves enfermas, se puede ver desde las 6 semanas de vida. Se deben examinar
                    los plexos celiaco, mesentérico, craneal, braquial y ciático, los nervios de Reimak y el
                    nervio esplénico.

Enfermedad de Marek, gallinas de 30 semanas de un lote de 60.000 aves; la historia indica 60 animales afectados con 40  de elllos muertos;  se informan síntomas respiratorios,  secreción mucosa nasal, crestas "marchitas", palidez de la cáscara  de los huevos. Es decir, no se había notado que había aves con parálisis y el hallazgo de Marek fué incidental de necropsia y evaluación histopatológica. Las dos imágenes son del mismo caso.
En los nervios examinados se observa pérdida de estriaciones, cambio de color perlado hacia blanco amarillento, algunas veces se ve edema. La lesión característica es el engrosamiento de los nervios periféricos, de los ganglios nerviosos espinales o de ambos. El engrosamiento puede ser localizado o generalizado. Los nervios afectados pueden alcanzar varias veces su grosor normal. Con frecuencia el engrosamiento es unilateral, así que en la necropsia, se deben revisar ambos lados en toda su extensión. La forma neural ha sido la más estudiada.


La imagen de la izquierda muestra  un nervio ciático de aspecto normal (Se observan estrias); corresponde a aves de 30 semanas, presentados en la imágen inmediatamente anterior. En las aves del mismo lote las cuales presentaban parálisis con extensión de una de sus extremidades, el aspecto macroscópico del nervio ciático es diferente: no se observan las estriaciones, hay engrosamiento del nervio.
Nervio ciático, lesiones de enfermedad de Marek. Las imágenes corresponde a corte de nervio ciático afectado (Imágen anterior). En las imágenes (Hematoxilina-Eosina, 40X y 100X respectivamente), se observan infiltrados de células linfoides.
El diagnóstico de la enfermedad de Marek se hace rutinariamente mediante histopatología. Pero debido a la posibilidad de confusión (en término morfológicos) con lesiones infiltrativas tumorales como las producidas por  virus de leucosis o de reticuloendoteliosis, es importante recurrir a pruebas o técnicas de laboratorio especializadas.  Un diagnóstico erróneo puede inducir litigios  injustos. Desde este punto de vista, es importante que:
  • El histopatólogo tenga experiencia en  distinguir las células neoplásicas y los infiltrados linfoides de una y otra  entidad, no obstante que existe un umbral morfológico en el cual es difícil definir la entidad neoplásica  presente.
  • Se tomen las muestras adecuadas y se  conserven adecuadamente, de tal forma que se pueda recurrir a  ellas para efectuar pruebas especializadas en caso de que fuere necesario.
  • Debe haber una revisión de la historia clínica, una inspección adecuada antemortem de las aves.
  • Debe suministrarse la adecuada información por parte del profesional remitente, sin omitir información al igual que sin dar información falsa y sin tratar de  orientar o forzar un diagnóstico (En el caso de litigios).
  • Se deben conservar las muestras en solución de  formaldehido y los bloques de parafina en caso de que sea necesario su utilización con el fin de tener claridad diagnóstica.
  • Se debe tener acceso a los servicios de laboratorios especializados en técnicas de inmunohistoquímica y de biología molecular, que puedan identificar proteínas que son expresadas en tejido tumorales (Avian Pathology año 2005, vol 34:332-340), o para detección por PCR de determinado serotipo en tumores viscerales o excluyendo la presencia de otros virus  que induzcan tumores.

Pollas de 12 semanas de edad en cuya historia de remisión para necropsia y demás evaluaciones en el laboratorio, relata que las aves presentan parálisis, decaimiento, inanición, ruido respiratorio, conjuntivitis y dermatitis (Lesiones cutáneas nodulares exfoliativas y con formación de escara). En la imagen de la derecha se observa un corte de nervio ciático del ave que se observan en la iamgene de la izquirda. Las lesiones cutáneas correspondieron a viruela.  El mëdico Veterinario remitente no contemplaba entre sus diagnósticos probables, el de enfermedad de Marek. Este caso se convirtió en caso de  litigio y se solicitaron segundo y tercer concepto de otros profesionales. En  aves de este mismo caso se encontraron lesiones infiltrativas de céluls linfoides en varios órganos (Músculo estriado voluntario, miocardio y espacios de Virchow Robin en el encéfalo entre otros).
Las imágenes provienen de pollonas de 12 semanas (de las imágenes inmediatamente anteriores). Izquierda: lesiones infiltrativas de células linfoides en  músculo estriado voluntario de pechuga (Hematoxilina-Eosina, 40X). Derecha: infiltrados perivasculares de céluls linfoide en  sustancia gris de cerebro.
                                                          
Criterios histopatológicos importantes en el diagnóstico histopatológico de la enfermedad de Marek:
  1. Infiltrados de células linfoides morfológicamente heterogéneas; numerosos linfocitos pequeños y otras células mononucleares como células plasmáticas. Los linfocitos pleomorficos  se caracterizan por su alto grado de anisocitosis y anisonucleosis. Los linfocitos con núcleos grandes presentan la cromatina muy laxa con  nucléolos muy aparentes. También se pueden encontrar células de Marek, características de esta enfermedad; son células grandes con citoplasma basofílico vacuolado y núcleo vesicular pleomórfico, basofílico oscuro con  nucléolo muy aparente. Esta infiltración monocítica se puede encontrar en las cinco presentaciones macroscópicas.
  2. Los infiltrados linfoides se encuentren en el sistema nervioso central y periférico; en este último, los infiltrados deben ser en el interior del nervio (En la periferia de vasos o periféricos al nervio) pero siempre acompañados por lesiones intraneurales.Cuando está comprometido el nervio ciático, existen varios “niveles” de afección:

  • Lesiones  tipo A: infiltración masiva de linfoblastos y linfocitos pequeños y medianos, algunas células de Marek, desmielinización leve y en ocasiones proliferación de células de Schwann.
  • Lesiones tipo B: separación de fibras nerviosas por exudado seroso o edema, así como infiltrado moderado de linfoblastos, linfocitos pequeños, células plasmáticas y algunas células de Marek. Además desmielinización y proliferación de células de Schwann.
  • Las lesiones tipo C: constituyen la forma leve del tipo B
  1. Infiltrados escasos de células linfoide tumorales en cerebro, meninges y nervios periféricos no son específicos. Otros virus pueden producir neuritis linfocitaria periférica.
Una muy buena revisión sobre la enfermedad de Marek la hicieron Víctor Petrone García, Xochitl Hernández Velasco y Guillermo Telez Isaías de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se puede ver a través del siguiente enlace:


viernes, 16 de marzo de 2012

Enfermedad de Newcastle. Un diagnóstico ecuánime. Parte I: generalidades.

Por: Bernardo Mejía Arango M.V.Z.  M.Sc.
Imágenes y fotografías: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier uso o reproducción debe contar con autorización previa.

Enfermedad de Newcastle. Pollos de engorde de 36 días de edad los cuales presentan síntomas nerviosos, provenían de una explotación casera de 50 aves de recría las cuales habían sido compradas en un almacén Veterinario. Se hicieron evaluaciones histopatológicas y el virus de Newcastle se aisló en el Laboratorio de Enfermedades Aviares del Instituto Colombiano Agropecuario ICA.

No está en el objetivo de este artículo describir el  virus causante de la enfermedad de Newcastle; existe  una gran  cantidad de literatura al respecto; una muy buena información sobre la enfermedad  se encuentra en la "Guía para la Prevención, Control y Erradicación de la Enfermedad de Newcastle" publicada por el Instituto Colombiano Agropecuario ICA; no obstante  es bueno para comenzar, anotar algunos ítems sobre la enfermedad:

-   La enfermedad de Newcastle es causada por un virus de la familia paramixoviridae, género avulavirus.
-    Es un virus hemaglutinante y de ahí que esta propiedad se utiliza para una de las técnicas de laboratorio más usadas para el diagnostico serológico.
-     Es un virus que se transmite por secreciones, exudados y fluidos en general,  igualmente por las heces.
-     Actúan como fómites las personas, la ropa, los vehículos.
-     Actúan como vectores (Tal vez mecánicos) el Alphitobius diaperinus y las moscas.
-   El virus es prevalente en zonas de alta concentración avícola y se perpetúa en estas áreas gracias a la existencia de multiedades en las explotaciones, a las deficientes medidas de bioseguridad, a la presencia de aves de traspatio y quizá a la presencia de  aves silvestres.
-     El virus se disemina a través de aerosoles, alimento, agua y cama contaminados.
-    La transmisión vertical es rara ya que el virus de Newcastle  tiene la propiedad de matar los embriones antes de la eclosión
-   El virus puede sobrevivir en el cascarón y propagarse en forma horizontal en la nacedora.

La enfermedad de Newcastle ingresó a Colombia en junio de 1950, en una enfermedad de interés Nacional.

Si hacemos un repaso, la enfermedad de Newcastle tiene diferentes tipos de presentación, de acuerdo con el patotipo de virus actuante. Existe una clasificación que es quizá la primera que conocimos en los libros de patología aviar en la cual se incluyen cuatro formas, bastantes si se considera que la tendencia actual  es clasificarlos en  dos formas de presentación: las producidas por los virus de alta y de baja patogenicidad.

La primera clasificación es la que aparece en los libros de patología no tan recientes, clasificación que no obstante las nuevas tendencias aún se utiliza, inclusive la OIE la utiliza, describe cuatro formas clínicas  que tienen que ver con el patotipo de virus.

-    Velogénico viscerotrópico (Doyle): se diagnosticó por primera vez en 1926 en Indonesia, conocido como velogénico viscerotrópico, pseudopeste aviar, virus asiático o exótico. Es una infección letal, aguda en aves de cualquier edad, presenta lesiones hemorrágicas en el tracto digestivo y aparato respiratorio.
-     Velogénico neurotrópico (Beach): infección aguda, generalmente letal, afecta el aparato respiratorio y sistema nervioso central, por lo que se le conoce como neumoencefalitis. Es producida por cepas velogénicas.
-   Mesogénico (Beaudette): infección respiratoria aguda y ocasionalmente nerviosa en aves jóvenes.
-    Lentogénico (Hichner): infección respiratoria moderada. Estas cepas se utilizan  para producir vacunas.
-    Asintomático o entérico: no hay sintomatología; es producida por cepas lentogénicas; se detectan por aislamiento en heces y por  la determinación de anticuerpos específicos.

Cualquiera que sea el patotipo actuante, los límites de los síntomas y las lesiones entre una y otra forma nos son claros, máxime cuando suele haber con frecuencia la concurrencia con otros agentes patógenos bien sea virus  o bacterias, lo cual hace más difícil la clasificación en términos de clínica.

Dos formas clínicas que son las formas prácticas de referirse actualmente a la enfermedad de Newcastle:

-  Las producidas por los virus de alta patogenicidad: corresponde a la forma viscerotrópica. Hay afección de conjuntiva ocular, inflamación periorbitaria. Las aves se deprimen, puede presentase diarrea. Pueden presentarse síntomas nerviosos, sobre todo al final de la enfermedad.

-     Las producidas por virus de  baja patogenicidad: afecciones de tipo respiratorio tanto de vías respiratorias altas como de sacos aéreos. Las cepas responsables se utilizan para la preparación de vacunas.

No existe en las nuevas tendencias de clasificación, una forma neurotrópica como tal.

Enfermedad de Newcastle. Imágenes correspondientes a muestras de las aves de 36 días que se presentan al comienzo de este artículo. Izquierda: corte de cerebro: hiperplasia endotelial  e infiltración perivascular de linfocitos. (Hematoxilina-Eosina, 100X). Derecha: cerebro, sustancia gris, glisosis focal. (Hematoxilina-Eosina, 100X)


Las características de las infecciones con virus de Newcastle de baja patogenicidad justifican el seguimiento virológico mediante diferentes técnicas de laboratorio de los casos de enfermedad respiratoria.

Existen varios cuadros clínicos tanto de tipo respiratorio como de tipo nervioso que pueden tener similaridad con lo que se observa en los casos clínicos de Newcastle. Infortunadamente, se ha vuelto costumbre sospechar de la presencia de enfermedad de Newcastle en un lote, solo cuando las aves exhiben síntomas nerviosos.

No encuentro entre los autores consultados, criterios uniformes en cuanto a que tipo de técnicas o pruebas de laboratorio se deben utilizar  para el diagnóstico de la enfermedad. Muchos de los autores  pecan por defecto, porque se “casan” con una prueba de laboratorio y desconocen las demás.

Tal vez el único profesional quien en varios eventos avícolas, ha expuesto tablas comparativas en las que enfrenta diferentes técnicas de laboratorio (Serología, aislamiento, histopatología y biología molecular), es el doctor Néstor Alfonso Mossos, del Laboratorio de Enfermedades Aviares del Instituto Colombiano Agropecuario ICA.

Cualquiera que sea la forma de presentación, hay muchísimas implicaciones, pues casi nunca suele encontrarse el virus de Newcastle solo en los diferentes cuadros clínicos y la sintomatología y las lesiones dependen en gran parte de las complicaciones que suelen surgir cuando el virus de Newcastle comienza sus efectos devastadores sobre el organismo del ave.

Como el punto final del hecho de encontrar la enfermedad en un lote, es establecer medidas de control (Y posterior erradicación) desde el nivel local, hasta el nivel nacional y aun mundial, el punto de  partida para decir si hay enfermedad de Newcastle y para establecer las medidas pertinentes de control,  es el diagnóstico.

Este es el punto en el cual discrepo con la mayoría de artículos  que presentan la enfermedad. La metodología de diagnóstico depende de los recursos para llegar a él. Con el advenimiento de técnicas sofisticadas como  de las que se dispone en biología molecular, la tendencia actual es creer que sin biología molecular no hay diagnóstico; esto no es cierto.

No es sano inclinarse por una sola de las técnicas de diagnóstico. Encontré por ejemplo en la revisión de información sobre la enfermedad de Newcastle, la afirmación de una persona muy importante en el  panorama de la avicultura nacional quien afirma lo siguiente (En su disertación sobre la enfermedad  en un reconocido evento de avicultura: “Diagnóstico (Hablando de Newcastle). Debe ser hecho mediante el aislamiento y caracterización del virus”.

Una entidad de referencia como la OIE menciona, en relación con el Newcastle, el diagnóstico clínico y el diagnostico mediante el laboratorio:

El diagnóstico clínico
Síntomas respiratorios y/o nerviosos, jadeo, tos, alas caídas, arrastran las patas, cabeza y cuellos torcidos, desplazamiento en círculos, depresión, inapetencia, parálisis completa. Interrupción parcial o completa de la  producción de huevos, huevos deformes, con cáscara rugosa o con cáscara fina  con albúmina acuosa. Diarrea verde acuosa; tejidos hinchados entorno de los ojos y cuello, con mortalidad y morbilidad que dependen de varias condiciones.

El diagnóstico mediante el laboratorio
I) Identificación del agente
a) Aislamiento b) Cultivo c) Identificación d) Índice de patogenicidad e) Base molecular  de 
la patogenicidad f) Anticuerpos monoclonales g) Estudios filogenéticos h) Técnicas moleculares
II) Pruebas serológicas: ELISA, Inhibición de la hemoaglutinación.
(Esta información se encuentra en el Manual de pruebas de diagnóstico  y de las vacunas para los animales terrestres 2008, Capítulo 2.3.14  Enfermedad de Newcastle). Se puede ingresar en la página mediante el siguiente enlace:
En resumen de lo enumerado inmediatamente antes, la OIE define  así la enfermedad de Newcastle: “se define como una infección de aves causada por un virus del serotipo 1 del paramixovirus aviar (APMV-1) que cumple con uno de los siguientes criterios de virulencia:
a)    El virus tiene un índice de patogenicidad intracerebral (ICPI) en polluelos de  1 días (Gallus gallus) de 0, 7 o superior
b)    Se han demostrado en el virus, múltiples aminoácidos básicos (Directamente o por deducción) en el extremo C-terminal de la proteína F2 y un residuo de fenilalanina en la posición 117 la cual está en el extremo  N-terminal de la proteína F1. El término múltiples aminoácidos se refiere a que existen al menos tres resíduos de arginina o lisina en las posiciones 113 y 116
De lo expuesto hasta aquí se deduce que tiene que haber una sintomatología en las aves que permita sospechar que existe la enfermedad (Lo cual depende de la experiencia del profesional que revisa las aves enfermas) y luego la comprobación mediante las técnicas de laboratorio, pero en conjunto, no en forma individual.
En este orden de ideas es importante (Y esto es válido para todas las enfermedades) que no se debe confundir un  resultado de laboratorio con el diagnóstico. Una cosa son los resultados que emite un laboratorio, lo que muchos  profesionales tienen la tendencia a confundir con el diagnóstico.
Un laboratorio emite resultados, con excepciones como en aquellos laboratorios en los cuales los profesionales toman el caso en conjunto, examinan la historia o protocolo de re remisión demuestras,  examinan las aves enfermas, realizan la necropsia y visualizan las lesiones, tienen acceso a los resultados de serología,  visualizan las lesiones en los tejidos y emiten recomendaciones acerca de acudir a otras pruebas de laboratorio, una vez tienen un diagnóstico presuntivo, para confirmar la sospecha de la presencia de un agente etiológico, y a veces de varios agentes. Tales pruebas pueden ser  serologías  (Si no se han efectuado),  intentos de aislamiento y/o pruebas de biología molecular.
Así que son bien diferentes: un laboratorio Veterinario donde se hacen pruebas y un laboratorio de diagnóstico Veterinario, donde se hacen las pruebas o técnicas de diagnóstico, donde existe un contacto con los profesionales remitentes y donde se analiza un caso en conjunto, a la luz de la experiencia de años de trabajo en la disciplina.
Volviendo al tema, no se  puede decir que se tiene un diagnóstico de Newcastle, cuando los resultados no son lo suficientemente contundentes.
-   Tener un PCR positivo no tiene validez diagnóstica si el resultado no se analiza en conjunto con el caso de campo, los síntomas, las lesiones, probablemente la serología. El PCR se origina en un hisopado o en una muestra proveniente de otras fuentes como una tarjeta FT. Tener el virus allí no quiere decir que esté produciendo el problema. Esa es la razón. Se nos ha olvidado el equilibrio que pueden llegar a tener el agente, el huésped y el medio ambiente.
Yo he escuchado en reuniones expresiones como esta: “es que yo tengo Newcastle en mi granja, porque a mí me lo diagnosticaron por PCR”.  Le creo, tenía el virus, pero no estoy seguro de que tuviera la enfermedad, causada por ese virus que le detectaron por PCR.
-   Solo en condiciones experimentales controladas, un aislamiento  y una prueba de biología molecular pueden ser interpretadas como concluyentes.
-    Tener una serología “positiva” según cifras que se salen de  ciertos límites establecidos como “normales”, tampoco tiene validez diagnóstica si no se analizan a la luz, igualmente en el caso de las pruebas de biología molecular, del conjunto del caso: síntomas lesiones, morbilidad, mortalidad. El animal puede ser “serológicamente positivo” pero eso no quiere decir que hay padecido la enfermedad. De nuevo se nos olvida la relación agente-huésped-medio ambiente en la que los animales desarrollan una respuesta inmunológica, que ganan la batalla contra el agente y se hacen “serológicamente positivos”, pero están clínicamente sanos.
-   La histopatología tiene un valor definitivo si en los órganos y tejidos analizados se observan las lesiones “patrón”  o también las lesiones patognomónicas que nos dicen que al agente está allí y que está causando un daño específico. Se debe recordar que si se acude a la histopatología como herramienta diagnóstico, tiene que haber una razón: había un caso clínico que justificara su realización.
Enfermedad de Newcastle. Las imágenes corresponden a tejidos de las aves de 36 días que se presentan al comienzo de esta artículo. Izquierda:  meninges de cerebro: vasculitis, hiperplasia endotelial e infiltrado perivascular de linfocitos (Hematoxilina-Eosina, 100X). Derecha: sustancia gris de cerebro: vasculitis, hiperplasia endotelial e infiltración perivascular de linfocitos (Hematoxilina-Eosina, 40X)

-     Con frecuencia las evaluaciones histopatológicas no son concluyentes; en esos casos la histopatología debe ser interpretada en conjunto con  todo lo que rodea un caso de enfermedad: síntomas, lesiones macroscópicas, mortalidad, morbilidad. De ahí la habilidad del profesional de campo y de ahí la necesidad de una capacitación continuada para interpretar los resultados de laboratorio.
-    Se debe tener en cuenta que con frecuencia en condiciones de campo confluyen dos o más de dos agentes patógenos, los cuales crean unas condiciones difíciles para establecer cuál es el principal o primero. El ejemplo clásico lo constituyen los casos de “cabeza hinchada” donde seguramente hay infección con metapneumovirus pero ni macro  ni microscópicamente se puede afirmar esto; en estos casos también se pueden encontrar lesiones y se pueden aislar agente como el Gallibacterium anatis y el Avibacterium paragallinarum; con frecuencia confluye también el virus de la viruela y sus lesiones y el virus de la laringotraqueitis y sus lesiones;  en la mayoría de estos casos en los que confluyen varios agentes, igualmente se encuentran lesiones y se aísla Escherichia coli.

Pollos de engorde de 32 días de edad. Presentan síntomas nerviosos (Torsión de cuello). Es indiscutible que la sola observación de las aves permite pensar que se trata de un caso de Newcastle. Las lesiones de necropsia y la evaluación histopatológica  permitieron establecer que se trata de una meningoencefalitis de origen bacterial, una condición reltivamente común en las explotaciones avícolas, tanto de ponedoras, como pollo de engorde y de reproductoras.

Osteitis y meningoencefalitis puruelnta, correspondientes a las aves (Pollo de engorde de 32 días de edad de la imagen inmediatamente anterior). Estas lesiones son de origen bacterial, son frecuentes no solo en el pollo de engorde, generalmente estan comprometidos tanto Escherichia coli como como Gallibacterium anatis, como agentes infecciosos en estos casos.

Meningoencefalits purulenta (Cerebelo), pollos de engorde de 32 días de edad. Las imágenes corresponden a muestras de aves de las dos imágenes inmediatamente anteriores. La histopatología es  un buen punto de partida para definir si en las manifestaciones nerviosas está comprometido, en primera instancia un agente etiológico bacterial. Estos cuadros son comunes en nuestro medio. (hematoxilina-Eosina, 10X, 40X y 100X respectivamente)

-      Los  agentes etiológicos van evolucionando, la condición o las condiciones ambientales y de manejo, que les impiden manifestarse como se observaba una, dos o más décadas atrás. Por ejemplo, ya casi no se encuentran las lesiones macroscópicas clásicas de agentes virales como el de Newcastle, como las describían los libros y como se observaban con frecuencia en condiciones de campo.
-    La experiencia al estar atendiendo continuamente casos de diferentes sintomatología me dice hay un fuerte tendencia entre los profesionales del Medicina Veterinaria,  de creer que una sola prueba o técnica de laboratorio tiene validez diagnóstica. Y  con frecuencia las conferencias en los eventos de patología aviar terminan en la sesión de preguntas como la siguiente: “Dr. Fulano,  tal enfermedad se puede diagnosticar  por histopatología?”
En lo personal, no estoy de acuerdo con el concepto de que una serología tiene valor diagnóstico definitivo en materia de identificar un brote de Newcastle. Primero lo primero: ver los síntomas, hacer necropsias para visualizar las lesiones, realizar histopatologías que me permitan visualizar el daño en los tejidos y órganos, acompañarse de serología y del indiscutible aislamiento y tipificación del virus.  Mejor dicho, creo  que se deben correlacionar  todo el historial del lote hasta llegar a los pasos finales: aislar el virus e identificarlo.
Cuál es su concepto?