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miércoles, 3 de abril de 2013

Celulitis: Procesos infecciosos tipos I y II. Términos mal aplicados.

Por: Bernardo Mejía Arango  M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes:  Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier uso o
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Créditos: Necropsias: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc.;  Luis Abel Buitrago M., M.V.Z.;  Juan Sebastian Alvear A., M.V.Z.


Imagen No 1.   Izquierda: vista superior (Decúbito supino) de un pollo de engorde donde se aprecia el tejido subcutáneo de la pechuga (Parte superior), el muslo (derecha) y la piel que recubre el área ventral del abdomen (Izquierda). La secuencia de fotografías muestra un caso representativo de lo que se conoce como proceso infeccioso tipo II, que no es más que una celulitis crónica en la cual se observan acúmulos de material fibrinopurulento en proceso de deshidratación debido a lo cual adquiere el aspecto  de membranas caseosas.  Las fotografías corresponden a pollos de engorde de 48 días de edad provenientes de una granja  de 25.000 aves de las cuales enfermaron  y murieron 668 (168 en los tres últimos días). Las aves fueron remitidas para exámenes de laboratorio por presentar "cojeras".

De acuerdo con la publicación efectuada en la Revista Industria Avícola en octubre de 1997 por Robert A. Norton y Sarge Bilgili, de la Univarsidad de Auburn en Estados Unidos,  el problema sanitario denominado por ellos como "proceso inflamatorio aviar IP" le cuesta a la industria del procesamiento de aves de los Estados Unidos, más de 20 millones de  dólares al año.

En el artículo publicado por Norton y Bilgili se refieren a este tipo de celulitis como de dos tipos: I y II. El tipo I relacionado con la incubadora (Onfalitis) y el tipo II atribuido a consecuencia de lesiones de la piel ("Rayaduras", por ejemplo). Los autores tienen una interesante teoría según la cual los casos originados a partir de infecciones umbilicales no tienen importancia o sea que no son una fuente significativa del problema.

En  el medio avícola y entre quienes trabajamos en patología aviar, ha hecho carrera la utilización de los términos “proceso infeccioso tipo I” y “proceso infeccioso tipo II”, para denotar una celulitis en diferentes estados evolutivos la cual se presenta preferencialmente en las regiones ventral y/o dorsal del abdomen de las aves en el caso del proceso infecciosos tipo II y en la periferia de la región umbilical en el caso del proceso infeccioso tipo I.


Imagen No. 2  "Proceso infeccioso tipo I" Pollo de engorde de 13 días de edad proveniente de una granja con 51.300 aves. El Médico veterinario responsable de la granja remitió 5 aves para necropsia y exámenes complementarios debido a que todas las aves estaban afectadas: decaimiento, depresión. Se reporta que en las necropsias efectuadas en la granja, se observó onfalitis, poliserositis y retención de saco vitelino. En la fotografía de la derecha se observa el estado inflamatorio del tejido subcutáneo o celulitis originada probablemente en una onfalitis, la cual aunque ya no es evidente fue probablemente la puerta de entrada de la infección. Cabe la probabilidad de que al cicatrizar el ombligo, la infección quede en forma "latente" en el tejido subcutáneo y que  cuando el ave tenga más edad se desarrolle un "Proceso infeccioso tipo II", ante una inmunodepresión.


Imagen No. 3 Pollo de engorde de 15 días de edad de una granja de 25.000 de los cuales todos enfermaron y 795  habían muerto hasta el momento en que se enviaron aves al laboratorio de diagnóstico para exámenes  de necropsia y complementarios. El Médico Veterinario remitente  reporta aves deprimidas y ruido respiratorio. En las aves remitidas para necropsia se  encontraron lesiones de poliserositis y de celulitis  (Fotografía de la derecha). A la edad reportada, es  difícil establecer el origen de la infección que se presenta en el tejido subcutáneo, la cual   corresponde a lo que se conoce como "proceso infecciosos tipo I"; muy probablemente tuvo su origen en una onfalitis debido a que no se encontraron lesiones en la piel como vía de entrada de una infección. Este proceso estaría en un estadio más avanzado que el que se muestra en la imagen  No. 2

Estas celulitis se han atribuido a infecciones con Escherichia coli. En nuestro grupo de trabajo hemos encontrado casos de celulitis o procesos infecciosos debido a la utilización parenteral de vacunas.

En términos generales se encuentran procesos infecciosos, específicamente celulitis en los siguientes casos:

  • Celulitis periumbilical, relacionada con onfalitis, este estado inflamatorio se conoce convencionalmente como "procesos infeccioso tipo I". Según el trabajo de Norton y Bilgili mencionado antes en este artículo, no tiene importancia significativa.
  • Celulitis abdominal, dorsal, ventral, ventrolateral e inclusive en tejido celular subcutáneo de extremidades. Este estado inflamatorio se conoce convencionalmente como "proceso infeccioso tipo II" y está relacionado  con lesiones en la piel de tipo traumático, específicamente por lesiones hechas con las uñas cuando las aves tratan de acceder a los comederos.
  • Celulitis fibrinopurulenta craneal, facial, craneofacial y a veces cervical, relacionada con el "síndrome de cabeza hinchada". Este tema se trató en otra publicación de este blog.
  • Celulitis crónica pectoral o en extremidades pélvicas, relacionada con vacunaciones vía parenteral.

Imagen No. 4  "Proceso infecciosos tipo II" (En las fotografías de la izquierda y del centro). Fotografías tomadas a reproductoras de 12 semanas de edad provenientes de una granja de 33.000 aves. Las aves fueron remitidas al laboratorio de diagnóstico por presentar postración, erizamiento de plumas y deshidratación. No se reporta el número de aves enfermas ni el número de muertas. En  las aves examinadas a la necropsia se encontró que tenían  miopatía pectoral postvacunal (Fotografía de la derecha) con un proceso infeccioso no solo en la masa muscular sino también en el tejido subcutáneo (Centro e izquierda); las fotografías  del centro y de la izquierda muestra un "proceso infecciosos tipo II" en el  tejido subcutáneo de la pechuga y parte anterior de la misma;  muy probablemente la infección fue introducida junto con la vacuna; parte del material caseoso de forma laminar  corresponde a la vacuna misma.
Imagen No. 5 En el diagnóstico convencional, este es un caso de "Cabeza hinchada". Las fotografías del centro (Región dorsal del cráneo) y de la derecha (Parte inferior de la cabeza) descritas  como celulitis craneofacial, corresponden a un proceso infeccioso que se puede clasificar como II aunque no provenga de ninguna herida de la  piel o solución de continuidad en la misma. Estas lesiones fueron descritas en otro artículo en este blog (Síndrome de cabeza hinchada). En la revisión del síndrome de cabeza hinchada, varios agentes etiológicos están comprometidos en su patogenesis. En nuestro grupo de trabajo creemos que la infección se adquiere por lesión de la conjuntiva ocular en presencia de altos niveles de amoníaco; igualmente la infección puede ganar el tejido  conectivo subcutáneo a partir de  rinitis purulenta, que es parte de las lesiones del síndrome de cabeza hinchada;  la infección puede llegar desde los cornetes lesionados por altos niveles de amoníaco en el aire del galpón. Las aves (Pollo de engorde) a las cuales corresponden las fotografías tienen 19 días de edad y pertenecen a una granja de 55.000 aves de las cuales enfermaron 5.500 y murieron 120. Fueron remitidas al laboratorio de diagnóstico debido a que presentaron síndrome de cabeza hinchada, secreciones  nasales y oculares.

La celulitis aviar está referida en la patología de  Calnek como un proceso inflamatorio, proceso infeccioso o  simplemente PI y la define como una enfermedad cutánea crónica que afecta  el abdomen de los pollos de engorde y la cual cursa  con la formación de membranas de exudado caseoso en los tejidos subcutáneos.


Imagen No. 6  Estado infeccioso conocido como "Proceso infeccioso tipo II". Las fotografías corresponden a otro pollo de engorde del mismo caso que se muestra en la imagen No. 1: pollos de engorde de 48 días. Izquierda:  cuarto trasero (Muslo y contramuslo) visto desde la articulación femorotibiotarsiana. En la fotografía del centro se puede tener una mejor relación anatómica:  es la misma área que se muestra en la fotografía  de la izquierda  una vez retirada  un poco la piel. Las aves fueron remitidas para examen de necropsia por presentar "cojeras". En todas las aves se pudo encontrar un relación entre lesiones en la piel y la presencia del estado infeccioso del tejido conectivo subcutáneo: en el círculo rojo de la fotografía de la derecha se aprecia una placa de material necrótico adherida a la superficie del músculo, la cual coincidía con una solución de continuidad en la piel por lesión traumática originada en "rasguños" hechos con las uñas.
La revisión presentada en el  libro, indica principalmente el aislamiento de Escherichia coli y ocasionalmente de otras bacterias a partir de las lesiones crónicas del tejido subcutáneo afectado; igualmente menciona que en estos casos, los serotipos aislados de Escherichia coli  son O2 y O78.

Es entendible que el aspecto, además del riesgo sanitario, provoca que las canales de las aves afectadas (los pollos de engorde), sean decomisados en las plantas de sacrificio.


Imagen No 7  "Proceso infecciosos tipo II" Pollo de engorde de 48 días de edad, de una granja con 46.000 aves de las cuales se reportan 2.250 enfermas y 124 muertas en los últimos tres días. Este es un caso representativo del proceso infeccioso adquirido a partir de un lesión o herida en la piel (Fotografía de la izquierda) con celulitis crónica como consecuencia del estado infeccioso (Proceso infeccioso tipo II). El Médico Veterinario remitente de las aves para diagnóstico por necropsia,  informa lo siguiente: "Pollo sano y de un momento a otro se postra con problemas de locomoción, los pollos afectados mueren en uno o dos días".
Como  lo mencioné antes, en Colombia  se ha decidido llamar proceso infeccioso tipo II a la infección que se genera a partir de lesiones cutáneas o “rayaduras” desde las cuales ingresa la bacteria causante del estado de inflamación; estas heridas en la piel son producidas con las uñas en las porciones dorsales y a veces ventrolaterales o posteriores del abdomen; estas lesiones generalmente tienen su origen, cuando las aves compiten por tener acceso a los comederos. Dentro de este grupo se pueden incluir las celulitis causadas por aplicaciones parenterales de vacunas.


Imagen No  8.  Se  observan heridas o "rasguños" o "rayaduras" en la piel del abdomen los cuales son la puerta de entrada para las bacterias que se encargan de producir las lesiones características del proceso infecciosos tipo II o celulitis crónica. Pollos de engorde de 40 días de edad. Los "rasguños", nombre que se le da a esta lesión, son heridas en la piel que se producen cuando las aves se agrupan tratando de tener acceso al alimento, generalmente después de un período de ayuno. Las uñas de las aves que se posan encima de otras aves, son las encargadas de  producir esta lesión.
Las lesiones del proceso infeccioso tipo II se distinguen de las lesiones  o proceso infeccioso tipo I, ya que esta última corresponde a una celulitis como resultado de una onfalitis, en la cual la lesión inflamatoria se extiende alrededor del ombligo. No hay lesiones o heridas cutáneas externas, con excepción de la inflamación en el área del ombligo, la cual a veces ya no está cuando revisamos el ave, pero el proceso infeccioso ha ganado el tejido subcutáneo.


Imagen No. 9  Onfalitis, pollos de engorde de 2 días de edad. Esta lesión es frecuente en las granjas y reflejan deficiencias en el proceso de incubación. La infección del ombligo  con bacterias piógenas genera un cuadro de procesos infeccioso tipo I. Tenemos  la hipótesis de que si el ombligo sana, la infección puede quedar latente  e iniciar días más tarde, ante una inmunodepresión,  un proceso infeccioso que podría clasificarse como tipo II (Debido al aspecto, aunque  la infección no haya ingresado a través de una herida cutánea).
Imagen No. 10  Las fotografías del centro y de la derecha, corresponden a dos de las aves que se aprecian en la fotografía de la izquierda. Son pollos de engorde de 6 días de edad, de una granja de 32.640  aves. Cinco aves fueron remitidas para necropsia y complementarios para evaluar la causa de las "cojeras" que presentaron los pollos de la granja: 2.000 de los pollos resultaron afectados. Es  probable que  el aspecto de inflamación que se observa en las fotografías del centro y de la derecha correspondan a un estado infecciosos tipo I, el que  posteriormente puede causar un aspecto como el de las inflamaciones crónicas tipo II.
Al revisar en la patología general lo relacionado con proceso infeccioso, encontré que es el resultado de un desequilibrio en la relación del microorganismo y el huesped, mejor dicho es una infección, la cual tiene varios grados dependiendo de su estado evolutivo en el que entran en juego una serie de fenómenos inmunológicos. La denominación no es tan simple como tipo I y tipo II como la conocemos actualmente para referirnos al origen y al estado evolutivo de las celulitis encontradas en aves en su región abdominal. De acuerdo con lo que dice  la patología general acerca de lo que es un proceso infeccioso, estamos utilizando términos no adecuados ni precisos.

Oportunidad de infección (Heridas, onfalitis, vacunas): el agente patógeno que ingresa, que va a desencadenar el cuadro y la forma como evoluciona, dependen de factores tales como el grado de agresividad del microorganismo y el estado inmunológico del huesped.

Como estos estados infectivos son de etiología bacteriana, nos debemos referir a ellos como infecciones bacterianas, para entender su denominación en estadíos y para entender los fenómenos que corresponden a cada uno de estos estadíos, que son los siguientes:

Proceso infeccioso bacteriano tipo I:  cuando la bacteria se hace presente en el tejido, llegan al área glóbulos blancos para ejercer la primera línea de defensa: la fagocitosis.

Proceso infeccioso bacteiano tipo II: ocurre cuando  un número considerable de microorganismos sobreviven dentro de los glóbulos blancos que los han fagocitado, allí  se pueden multiplicar, pero llega un momento en que el glóubulo que los contiene se lisa, dejando salir un nuevo gran número de bacterias.

Proceso infeccioso bacteriano tipo III: los glóbulos blancos liberanen en el área afectada, intermediarios químicos en el proceso de inflamación, los cuales atraen al área gran cantidad de heterófilos.

Proceso infeccioso bacteriano tipo IV: sucede cuando  un número importante de heterófilos llega al área infectada y las bacterias se rodean de una “cápsula” para impedir el proceso de fagocitosis.

Proceso infeccioso bacteriano tipo V: las bacterias infectantes se multiplican dentro de la “cápsula” que las contiene, aumentando la respuesta inflamatoria.

Proceso infeccioso bacteriano tipo VI: la fagocitosis inicial ha desencadenado una serie de fenómenos inmunológicos entre ellos la de presentación de antígeno y generación de anticuerpos, entre ellos los opsonizantes, los cuales permiten la fagocitosis bacteriana, deteniendo la agresión a los tejidos y “poniendo fin” al  proceso inflamatorio.

Se concluye que el proceso infeccioso corresponde más a una serie de eventos microscópicos antes que al aspecto macroscópico de  estas lesiones.

Visto de esta manera es muy sencillo. Pero  los casos de campo llegan a ser tan dramáticos que  se piensa  que hay una serie de fenómenos  que  permiten que las lesiones evolucionen a un grado tal, que el aspecto de las  canales conduzca a su decomiso en las plantas de sacrificio. Desde luego, debe haber una interacción entre el huesped y las condiciones que rodean al mismo, la bacteria y la patogenicidad de la misma.


Imagen No. 11 "proceso infecciosos tipo II" en pollos de engorde  de 48 días de edad. Fotografías de otras aves como las que se muestran en las imágenes Nos. 1 y 6: provienen de una granja con 25.000 aves de las cuales enfermaron 668: presentaban claudicación o "cojeras". En las aves examinadas  y afectadas por este estado infeccioso, se pudo encontrar una relación entre la presencia de lesiones (Soluciones de continuidad y heridas en la piel producidas por "rasguños" con las uñas) y el estado infeccioso. En los círculos en rojo se muestran las áreas en el tejido conectivo vinculadas con las lesiones de la piel y por donde muy probablemente ingresó la infección.
Tanto en lo que llamamos proceso infeccioso tipo I como en el proceso infeccioso tipo II, el factor común es una lesión (Onfalitis o herida en la piel además de la aplicación de vacunas) que se constituye en la puerta de entrada: para una bacteria patógena como tal o para una bacteria oportunista.

Esto puede ser debido bien a la actividad de microorganismos intrínsecamente patógenos o a la de microorganismos patógenos oportunistas bien de la flora normal o de otras poblaciones bacterianas que por heridas o por descenso de las defensas inmunitarias llegan a colonizar sitios no permitidos, desarrollando allí su acción patógena.

La diferencia entre unas y otras está dada, en el caso de las primeras, por su patogenicidad, es decir por  la capacidad  para producir enfermedad infecciosa en el ave (La patogenicidad se mide por la virulencia que es en sí la cuantificación de la patogenicidad). Estas bacterias pueden producir enfermedad en aves aún en aquellos animales previamente sanos, se denominan patógenos primarios.

Los patógenos oportunistas son aquellos que aprovechan alteraciones en los mecanismos de defensa del hospedero, para infectarlo y producir enfermedad.

La línea divisoria no es tan evidente en los casos de campo porque las inmunodeficiencias son a veces temporales o leves y pasan inadvertidas; muchas veces las inmunodeficiencias  van asociadas a la oportunidad de infección: una onfalitis y/o las heridas  en la piel (O la aplicación parenteral de una vacuna).

En términos más  prácticos, para que las bacterias puedan desarrollar su acción patógena, en el caso de la celulitis denominada proceso infeccioso, se requieren los siguientes eventos: colonización, penetración, multiplicación, invasión.

1- Colonización
La vía de colonización de los microorganismos exógenos es  la piel para el caso de la celulitis del proceso infeccioso tipo II, en la cual las bacterias son expuestas directamente en el tejido cutáneo o subcutáneo lesionados. La vía de colonización en el caso del proceso infeccioso tipo I, es un saco vitelino infectado o la infección del ombligo en el proceso de incubación.


Imagen No. 12  El tejido subcutáneo cervical presenta un estado inflamatorio fibrinopurulento; este tipo de lesión se puede catalogar como celulitis o  "proceso infeccioso", no se encontraron lesiones cutáneas que explicaran la vía de entrada de los agentes patógenos responsables del estado inflamatorio. Los tejidos corresponden a un pollo de engorde de 49 días de edad, procedente de una explotacion "casera" de 2.500 aves de las cuales enfermaron 1.000, presentaron "síndrome de cabeza hinchada", incluye celulitis craneofacial y sinusitis aguda. Es probable que la celulitis cervical sea una continuidad del proceso infeccioso existente en la cabeza. El estudio histopatológico de órganos de estas aves permitió determinar un alto grado de depleción linfoide y lesiones atróficas de la bolsa de Fabricio y criptosporidiosis en el epitelio traqueal.
En el caso de infecciones de origen exógeno, las bacterias deben resistir los sistemas de defensa a los que son expuestas bien sea por su entrada por la piel o por el ombligo inflamado, incluyendo ciertos tipos de anticuerpos.

No consideramos en nuestro caso específico la adhesión a la superficie de epitelios puesto que los casos de campo observados de  “procesos infeccioso tipo II” la piel está lesionada. No creemos que las bacterias ingresen al organismo por la piel intacta por  medio de moléculas de la superficie celular que actúan con las bacterias. En casos  tipo II, las bacterias  son expuestas directamente en el tejido conectivo.

2- Penetración
Para realizar su actividad patógena, en el caso del proceso infeccioso tipo II, las bacterias no tienen que atravesar epitelios: generalmente hay una herida (Rasguños).

Un segundo grupo penetra de una forma pasiva bien mediante la acción de fómites como las agujas u otro objeto, en el caso de la vacunación.

En el caso del “proceso infeccioso tipo I”, en la penetración de las bacterias al tejido subcutáneo debe haber un proceso infeccioso preliminar desde el saco vitelino o desde el ombligo en cuyo caso podrían las bacterias podrían estar haciendo uso de sus “habilidades” intrínsecas para adherirse a un epitelio y penetrar través de él.

3- Multiplicación
Una vez que el patógeno ha penetrado el interior del tejido, debe multiplicarse para alcanzar un número crítico que le permita iniciar la infección local  o  invadir el organismo y desarrollar su acción patógena. Para ello deben obtener del huésped los nutrientes, mientras evitan la acción de los sistemas de defensa. Para el establecimiento de la enfermedad infecciosa no solo es necesaria la multiplicación sino que también es importante la velocidad de crecimiento ya que este factor condiciona el tiempo requerido para que el patógeno colonice el huésped.

4- Invasión
En el curso de la infección, las bacterias producen como consecuencia de su metabolismo diversas substancias que dificultan o impiden la acción de los sistemas de defensa del huésped. Entre estos factores hay que considerar la composición de la pared celular que hace a las bacterias resistentes a factores del sistema de defensas humorales, la presencia de cápsulas que impiden la fagocitosis, la liberación de toxinas antifagocíticas y la producción de enzimas extracelulares con actividad enzimática denominadas invasinas.

Este es el fenómeno más interesante para el caso del proceso infeccioso que nos ocupa, pues es bien claro que hay una diseminación de la infección, pero que igualmente hay unas barreras que  hacen que todo se quede en un proceso local.

Las celulitis que se detectan en las poblaciones aviares, específicamente en los pollos de engorde, tienen  en la mayoría de los casos un estado infectivo inaparente o subclínico, el verdadero alcance se entiende solo cuando se descubre la lesión (En la necropsia o en la planta de sacrificio) la cual algunas veces llega a ser muy extensa.

5. Infección inaparente
En la que el huésped no muestra una respuesta clínica específica, pero sí se observa una respuesta inmune. Es una infección asintomática o subclínica.

6. Enfermedad infecciosa
En la que se producen síntomas clínicos y respuesta inmune. No tenemos claro si a partir de un “proceso infeccioso tipo II” las bacterias puedan multiplicarse e invadir  órganos internos, tal es el caso de las infecciones con Escherichia coli que se traducen en aerosaculitis, en poliserositis o en artritis purulentas.

No es posible entender la patogénesis de las infecciones que conducen a un estado de celulitis o proceso infeccioso subcutáneo aisladamente, sin tener en cuenta las características de cada huésped. La enfermedad infecciosa es el resultado de un desequilibrio entre los factores de virulencia de una cepa bacteriana particular y los mecanismos de defensa de un determinado huésped en contra de este último. El fin último de toda bacteria patógena no es dañar a su huésped, y menos aún matarlo, porque su propia población quedaría entonces desprotegida y obligada a buscar otros huéspedes. Por el contrario su mayor éxito es evolucionar para adaptarse mejor a su huésped y multiplicarse a sus expensas causándole el mínimo daño posible.

En el caso de los procesos infecciosos que se traducen en celulitis en los pollos de engorde y en las ponedoras, específicamente hay que agregar que el desequilibrio que se mencionó en el párrafo anterior, está favorecido por el hecho que la bacteria encuentra una  puerta de entrada en el caso de las heridas de la piel, o es introducida en forma pasiva como el caso de las aplicaciones de vacunas parenterales cuando las agujas  arrastran bacterias.


Imagen No. 13  Reproductoras de 12 semanas de edad procedentes de una granja de 33.000 aves; el protocolo de envío de las aves para examen de necropsia y complementarios no informa sobre número de aves enfermas y/o muertas; el Médico Veterinario  remitente indica que las aves afectadas presentan postración, erizamiento de plumas, decaimiento y deshidratación. En todas las aves examindas se encontró miopatía pectoral postvacunal   por infección de los tejidos donde la vacuna fue depositada por contaminación del equipo de vacunación. Una de las consecuencias, además de la miopatía, consistió en celulitis. Las fotografías corresponden al mismo caso expuesto en la imagen No.4
Imagen No. 14  Las fotografías corresponden a  ponedoras comerciales de 24 semanas de edad de una granja de 65.000 aves de las cuales se reportan 30.000 aves enfermas y 300 muertas. La historia remitida al laboratorio de diagnóstico dice que hay inflamación facial y alguna sintomatología que indica que las aves padecían laringotraqueitis viral (Expulsión de moco sanguinolento), como efectivamente se demostró en la evaluación histopatológica. Un hallazgo de necropsia consistió en la celulitis a nivel pectoral y la miopatía pectoral de origen vacunal.

El caso de las celulitis en aves, como proceso infeccioso que es, creo las bacterias no invaden el cuerpo sino que se ubican en el tejido subcutáneo y por un mecanismo no entendido todavía, se  localizan  allí, creo que sin expandirse a otros sitios del organismo del ave.


Imagen 15  Aves de levante para ponedoras comerciales de 11 semanas de edad  de una granja de 248.000 aves de las cuales todas se reportan afectadas por problema respiratorio con presencia de lesiones de colibacilosis crónica (Perihepatitis, pericarditis, aerosaculitis). En cinco aves remitidas al laboratorio de diagnostico para examen de necropsia y complementarios, se observó miopatía pectoral superficial y profunda postvacunal; se observaron además lesiones de un "proceso infecciosos tipo II",  en el tejido conectivo subcutáneo del área interna de las porciones proximales de las extremidades pélvicas ("Contramuslos"): ver fotografía de la derecha.
Con base en lo anterior, considero que se deben utilizar los términos adecuados para cada uno de los casos de los tipo de celulitis conocidos hasta el momento como “Procesos infecciosos tipos I y II”

1 comentario:

  1. Apreciado:
    Veo que toma el 2013 con fuerza y nos alecciona con nuevos casos.
    Ánimo y desde Lérida (España) para lo que necesite

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