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martes, 5 de noviembre de 2013

Síntomas nerviosos en aves: encefalitis y otitis bacterial como responsables. Parte II

Por: Bernardo Mejía Arango.  M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías de imágenes:  Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc. Protegidas por derechos de autor. Su
                                           uso o reproducción requiere autorización previa.
Créditos: Necrospias: Bernardo Mejía Arango,  M.V.Z.  M.Sc.;  Luis Buitrago M., M.V.Z.; Juan S.
                Alvear A.,  M.V.Z.
Cultivos microbiológicos: Mayra Alejandra Chaparro G., Bacterióloga; Gloria Inés Sánchez L.,
                                           Bacterióloga;  Luisa Catalina Hurtado G., Bacterióloga.

Retomo el tema de los síntomas nerviosos en aves comerciales, relacionados con infecciones bacteriales de los huesos del cráneo, cuya parte I se presentó en el artículo anterior (De esta manera continuamos con el caso No. 8);  la parte introductoria del trabajo se resume así:

De la casuística de aves llegadas al Laboratorio de Diagnóstico donde trabajo (Donde se procesan alrededor de 450 necropsias anuales), se analizaron 15 casos de síntomas nerviosos en aves comerciales entre julio  de 2008 y septiembre de 2013, de diferentes estados productivos: 10 de los 15 casos corresponden a pollos de engorde, 3 de ellos a ponedoras comerciales y 2 casos a reproductoras. De los 15 casos, uno corresponde a encefalitis de etiología micótica el cual se expondrá en un artículo independiente. Los 14 restantes por lo extenso del tema, se presentaran en dos entregas: parte I y parte II

Premisa: es importante en el proceso de necropsia de aves con "cabeza hinchada" y/o con síntomas nerviosos, revisar  los huesos del cráneo. Con frecuencia en estos casos se observa en   los huesos craneales inflamación con presencia de exudado de color amarillo; las evaluaciones histopatológicas del hueso de cráneo en estos casos, nos indican que  un muy alto porcentaje de las aves afectadas tienen inflamación ósea de  tipo purulento o crónico granulomatoso. Estas inflamaciones pueden finalmente conducir a la presentación de síntomas nerviosos y de movimientos de cabeza (Y a veces del cuello) que semejan síntomas nerviosos y que son reportados como tales en las historias que acompañan a los casos  examinados en el laboratorio.

Imagen No 1 Caso No. 8 reproductor de 51 semanas de edad procedente de una granja con 19.000 aves de las cuales enfermaron 300 y murieron 40. El Médico Veterinario encargado de la granja envió dos aves para necropsia y exámenes complementarios; describe los siguientes síntomas: "se aprecia congestión de oído, se observa material caseoso en oídos llevando a una inflamación, en algunos casos se observa cabeza hinchada". No describe tratamientos realizados. La historia no lo describe, pero las aves remitidas  presentaban movimientos  pendulares leves de la cabeza.

La secuencia de  fotografías muestra la otitis media e interna con presencia de un tapón de material caseoso en el fondo del canal auditivo. Se aisló Escherichia coli.

Imagen No. 2  Caso No. 9  Gallina de 70 semanas de edad. La granja de donde proviene la muestra (5 gallinas) tiene  252.000 aves divididas en diferentes lotes por edades. El lote de donde provienen las aves remitidas tiene 52.000 aves y en el protocolo o formato  de envío de muestras al  laboratorio de diagnóstico  no menciona cuantas aves hay enfermas como la que se observa en la fotografía. 

Las cinco aves remitidas presentaron  opistótonos con posición de sentadas sobre la articulación del tarso (Fotografía de la izquierda), movimientos incoordinados de alas ("Aleteo"), caída lateral y movimientos de "pedaleo" de las extremidades pélvicas. Se reporta un tratamiento con florfenicol en el agua de bebida durante cinco días. Se reportan 120 aves muertas hasta el día de remisión de muestras al laboratorio.

En la evaluación histopatológica del sistema nervioso central no se observaron lesiones en los cinco juegos de tejidos (Cerebro-cerebro-medula) evaluados.

En las cinco aves se presentó inflamación purulenta de los huesos que rodean el canal auditivo (Fotografía de la derecha). Se aisló Escherichia coli.

Imagen No. 3  Caso 10. El pollo de engorde que se observa en la fotografía de la izquierda, tiene 24 días de edad y viene remitido junto con 4 pollos más, de una granja que tiene 32.640 aves. Las aves fueron enviadas al laboratorio de diagnóstico con un protocolo de envío de muestras el cual informa lo siguiente: "Camas húmedas, distensión del buche". En el protocolo no informa nada acerca de síntomas nerviosos. De las cinco aves, la que aparece en la fotografía tenía posición decúbito lateral  con movimientos tónico-clónicos de las extremidades pélvicas, incoordinación de los movimientos de las alas y movimientos incoordinados  laterales de la cabeza.

Los otros cuatro pollos que componían la muestra tenían "buche pendulante" pero no presentaron síntomas nerviosos. 

En el pollo que se observa en la fotografía no se observaron lesiones macroscópicas, al menos no fueron evidentes. No obstante se decidió hacer una evaluación hsitopatológica de los cinco encéfalos. La masa encefálica del pollo que se observa en la fotografía se procesó en forma independiente, encontrándose granulomas múltiples  en el cerebelo (Fotografías del centro y de la derecha, Hematoxilina-Eosina, 10X y 40X respectivamente). Se hicieron coloraciones diferenciales para hongos con resultados negativos. No se practicaron cultivos microbiológicos debido a que no hubo lesiones macroscópicas.


Imagen No. 4 Caso 11.  Reproductora de 33 semanas de edad de una granja que tiene 46.550 aves de las cuales se reportan 2.031 enfermos. El protocolo (Historia) de remisión de muestras al laboratorio de diagnóstico, solo informa de síntomas respiratorios en  2.031 aves reportadas como enfermas.  

Cuando se recibieron las aves para diagnóstico de necropsia y complementarios, era bien evidente que las aves remitidas tenían uno o varios de los siguientes síntomas: opistótonos, sentadas sobre los tarsos con los dedos recogidos y movimientos irregulares de la cabeza de izquierda a derecha y viceversa, inestabilidad, dificultad para permanecer paradas, sufrían caídas laterales con posición decúbito lateral; una de las aves  permanecía parada pero con la cabeza hacia abajo. En la historia se reporta el suministro de un producto mucolítico (No indica cuál) y vitaminas (No indica el producto). El informe sobre vacunaciones no es completo.

Parte de los síntomas descritos se observan en el ave de la fotografía de la izquierda. En la fotografía central se observa osteítis periférica al  conducto auditivo. En la fotografía de la derecha se puede observar en un corte vertical de la porción posterior del cráneo, material purulento en el encéfalo y exudado purulento en los huesos. Se aisló Escherichia coli.

Imagen No. 5, Caso 12. Pollo de engorde de 44 días de edad de una pequeña explotación casera de 800 aves, todas enfermas, se reporta torsión del cuello. Se informan dos vacunas: Gumboro D78 y Newcastle (No indica la cepa vacunal), ambas al día 6 de edad. El propietario remite dos aves para diagnóstico de necropsia y complementarios.

En la fotografía de la izquierda se observa una de las aves enviada al laboratorio de diagnóstico. En la fotografía de la  derecha se observa  el cráneo de  una de las aves: los dos círculos rojos señalan los conducto auditivos expuestos y los huesos periféricos a los conductos. En el círculo de la izquierda se puede ver hacia la derecha (porción profunda del conducto) material purulento escaso. En la fotografía de la derecha se observan inflamación purulenta de los huesos periféricos al conducto auditivo, tanto externo  como medio e interno. No se observaron lesiones histopatológicas en el encéfalo. Se ailó Pseudomona spp. y Escherichia coli.

Imagen No. 6. Caso 13. pollos de engorde de 4 semanas de edad. La granja de donde fueron remitidas estas aves tiene 1.800 aves. En el protocolo de envío de muestras se informa que las aves tienen "cabeza grande",  cuello torcido; este último síntoma reportado se observa en la fotografía de la izquierda (Círculos rojos).  

Las aves fueron vacunadas contra la enfermedad de Newcastle (No informa la cepa ni la vía) los días 5 y 12. Igualmente fueron vacunadas contra la enfermedad de Gumboro los días 8 y 20, no indica el tipo de vacuna.

A la necropsia era evidente inflamación fibrinopurulenta del tejido celular subcutáneo e inflamación purulenta de los huesos craneales con afección de los huesos periféricos al canal auditivo, con otitis media e interna (Fotografías del centro y de la derecha). No se observaron lesiones histopatológicas en el encéfalo. 

Se aisló Escherichia coli, Avibacterium paragallinarum y Gallibacteriun anatis.

Imagen No. 7. Caso 14.  Ponedora de 27 semanas de edad  de una granja con 800.000 aves. El Médico Veterinario remitente dice en el protocolo (Historia) de envío de muestras, que 70.000 de las aves se encuentran enfermas: "Cabeza hinchada, se les realizó tratamiento con buen resultado y ahora presentan cuadro nervioso" El tratamiento inicial se hizo a base de Doxiciclina. 

El aspecto húmedo de los huesos del cráneo (Entre otros los periféricos al conducto auditivo) corresponde a inflamación purulenta y granulomatosa de dichos huesos, desde luego con inflamación del oído medio en interno. No se observaron lesiones histopatológicas en los órganos del sistema nervioso central. Se asiló Escherichia coli.
Como se dijo en la parte I de este artículo,  en los casos de síntomas nerviosos y/o "cabeza hinchada" es importante el exámen macroscópico de los huesos del cráneo; se propone el siguiente método:
Imagen No. 13. La secuencia fotográfica presenta la forma sugerida para investigar osteítis en los huesos del cráneo en aves comerciales. Izquierda: retirar la piel que cubre el cráneo. Centro izquierda: utilizar un objeto cortante  para hacer un corte único  en sentido dorso-ventral (Vertical) inmediatamente por delante de los conductos auditivos (Señalados con la flecha roja). 

Fotografía centro-derecha y derecha: se debe hacer  un solo corte o incisión del tal manera que se exponga la porción interna o esponjosa de  los huesos craneales. Si se desinfecta correctamente la superficie craneal antes de la incisión y desde luego si el objeto cortante está desinfectado correctamente, a partir del tejido óseo se puede obtener material para cultivos microbiológicos en los medios adecuados según la bacteria  que se pretende aislar.
Además de los cultivos microbiológicos, es conveniente realizar una evaluación histopatológica de los huesos del cráneo, sobretodo en aquellos casos en que la lesión inflamatoria no es  muy evidente a simple vista.

Imagen No. 14. La secuencia fotográfica permite ver la inflamación purulenta cuyo exudado se acumula en los espacios formados por las espículas de los huesos esponjosos del cráneo (Hematoxilina-Eosina, 4X, 10X y 40X respectivamente).

Imagen No. 15. Igualmente la secuencia fotográfica muestra inflamación cuyo exudado se ubica en los espacios formados por las espículas del hueso esponjoso de los huesos del cráneo; esta vez se  observa el exudado organizado en forma de granulomas; en la fotografía de la derecha se aprecian (Encerradas en la elipse de color rojo) las células epitelioides.

Al finalizar la presentación de estos 14 casos,  se pueden hacer las siguientes anotaciones al respecto:

  • Observar síntomas nerviosos en aves comerciales, no necesariamente indica una etiología viral, específicamente no indica enfermedad de Newcastle.
  • Cuando se observan síntomas nerviosos en aves, es necesario explorar en la necropsia, el estado de los huesos  del cráneo, incluyendo los que rodean el conducto auditivo.
  • Una gran cantidad de  nuestros Médicos Veterinarios no hace la exploración de los huesos del cráneo en el proceso de necropsia. La tendencia general es creer que los  síntomas nerviosos son producidos exclusivamente por enfermedades de etiología viral.
  • En el área de influencia donde ejerzo mi actividad como patólogo aviar, son más frecuentes los casos de síntomas nerviosos por causas bacteriales que por causas virales.
  • Los síntomas nerviosos en aves comerciales, pueden presentarse con y sin afección de los órganos del sistema  nervioso central. La otitis y probablemente la presión  sobre áreas específicas del encéfalo debido a la osteítis pueden ser responsables de la falta de  equilibrio y de los síntomas  nerviosos o aparentemente nerviosos de las aves afectadas.
  • Existe la falsa creencia de que identificar por PCR virus de la enfermedad de Newcastle en los casos  de aves  que presentan síntomas nerviosos, estos son atribuibles a la presencia del virus; así la enfermedad de Newcastle puede estar sobredimensionada en nuestro medio. Hay una serie de pruebas complementarias establecidas por organismo oficial, el Instituto Colombiano Agropeucario ICAen el caso de Colombia, que permiten concluir que definitivamente el virus está presente y es el causante del cuadro clínico.
  • Las bacterias involucradas en los casos de osteítis craneal/otitis y síntomas nerviosos, con afección o no del conducto auditivo, son en su orden: Escherichia coli, Gallibacterium anatis, Avibacterium paragallinarum y Pseudomona spp.
  • No siempre los síntomas nerviosos son observados o son descritos (En el protocolo  o historia) por la persona remitente, bien sea el Médico Veterinario o el responsable de la granja. Varios de los casos presentados en estos dos artículos no describen síntomas nerviosos, siendo que estos son los predominantes en las aves remitidas.

CUÁL ES SU CONCEPTO?


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