Por: Bernardo Mejía Arango M.V.Z. M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier uso o
reproducción requiere autorización previa.
Créditos: Necropsias: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z. M.Sc.; Luis Abel Buitrago M., M.V.Z.; Juan Sebastian Alvear A., M.V.Z.
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Imagen No 1. Izquierda: vista superior (Decúbito supino) de un pollo de engorde donde se aprecia el tejido subcutáneo de la pechuga (Parte superior), el muslo (derecha) y la piel que recubre el área ventral del abdomen (Izquierda). La secuencia de fotografías muestra un caso representativo de lo que se conoce como proceso infeccioso tipo II, que no es más que una celulitis crónica en la cual se observan acúmulos de material fibrinopurulento en proceso de deshidratación debido a lo cual adquiere el aspecto de membranas caseosas. Las fotografías corresponden a pollos de engorde de 48 días de edad provenientes de una granja de 25.000 aves de las cuales enfermaron y murieron 668 (168 en los tres últimos días). Las aves fueron remitidas para exámenes de laboratorio por presentar "cojeras". |
De acuerdo con la publicación efectuada en la Revista Industria Avícola en octubre de 1997 por Robert A. Norton y Sarge Bilgili, de la Univarsidad de Auburn en Estados Unidos, el problema sanitario denominado por ellos como "proceso inflamatorio aviar IP" le cuesta a la industria del procesamiento de aves de los Estados Unidos, más de 20 millones de dólares al año.
En el artículo publicado por Norton y Bilgili se refieren a este tipo de celulitis como de dos tipos: I y II. El tipo I relacionado con la incubadora (Onfalitis) y el tipo II atribuido a consecuencia de lesiones de la piel ("Rayaduras", por ejemplo). Los autores tienen una interesante teoría según la cual los casos originados a partir de infecciones umbilicales no tienen importancia o sea que no son una fuente significativa del problema.
En el medio avícola y entre quienes trabajamos
en patología aviar, ha hecho carrera la utilización de los términos “proceso infeccioso
tipo I” y “proceso infeccioso tipo II”, para denotar una celulitis en
diferentes estados evolutivos la cual se presenta preferencialmente en las
regiones ventral y/o dorsal del abdomen de las aves en el caso del proceso
infecciosos tipo II y en la periferia de la región umbilical en el caso del
proceso infeccioso tipo I.
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Imagen No. 2 "Proceso infeccioso tipo I" Pollo de engorde de 13 días de edad proveniente de una granja con 51.300 aves. El Médico veterinario responsable de la granja remitió 5 aves para necropsia y exámenes complementarios debido a que todas las aves estaban afectadas: decaimiento, depresión. Se reporta que en las necropsias efectuadas en la granja, se observó onfalitis, poliserositis y retención de saco vitelino. En la fotografía de la derecha se observa el estado inflamatorio del tejido subcutáneo o celulitis originada probablemente en una onfalitis, la cual aunque ya no es evidente fue probablemente la puerta de entrada de la infección. Cabe la probabilidad de que al cicatrizar el ombligo, la infección quede en forma "latente" en el tejido subcutáneo y que cuando el ave tenga más edad se desarrolle un "Proceso infeccioso tipo II", ante una inmunodepresión.
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Imagen No. 3 Pollo de engorde de 15 días de edad de una granja de 25.000 de los cuales todos enfermaron y 795 habían muerto hasta el momento en que se enviaron aves al laboratorio de diagnóstico para exámenes de necropsia y complementarios. El Médico Veterinario remitente reporta aves deprimidas y ruido respiratorio. En las aves remitidas para necropsia se encontraron lesiones de poliserositis y de celulitis (Fotografía de la derecha). A la edad reportada, es difícil establecer el origen de la infección que se presenta en el tejido subcutáneo, la cual corresponde a lo que se conoce como "proceso infecciosos tipo I"; muy probablemente tuvo su origen en una onfalitis debido a que no se encontraron lesiones en la piel como vía de entrada de una infección. Este proceso estaría en un estadio más avanzado que el que se muestra en la imagen No. 2 |
Estas celulitis
se han atribuido a infecciones con Escherichia
coli. En nuestro grupo de trabajo hemos encontrado casos de celulitis o
procesos infecciosos debido a la utilización parenteral de vacunas.
En términos generales se encuentran procesos infecciosos, específicamente celulitis en los siguientes casos:
- Celulitis periumbilical, relacionada con onfalitis, este estado inflamatorio se conoce convencionalmente como "procesos infeccioso tipo I". Según el trabajo de Norton y Bilgili mencionado antes en este artículo, no tiene importancia significativa.
- Celulitis abdominal, dorsal, ventral, ventrolateral e inclusive en tejido celular subcutáneo de extremidades. Este estado inflamatorio se conoce convencionalmente como "proceso infeccioso tipo II" y está relacionado con lesiones en la piel de tipo traumático, específicamente por lesiones hechas con las uñas cuando las aves tratan de acceder a los comederos.
- Celulitis fibrinopurulenta craneal, facial, craneofacial y a veces cervical, relacionada con el "síndrome de cabeza hinchada". Este tema se trató en otra publicación de este blog.
- Celulitis crónica pectoral o en extremidades pélvicas, relacionada con vacunaciones vía parenteral.
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Imagen No. 4 "Proceso infecciosos tipo II" (En las fotografías de la izquierda y del centro). Fotografías tomadas a reproductoras de 12 semanas de edad provenientes de una granja de 33.000 aves. Las aves fueron remitidas al laboratorio de diagnóstico por presentar postración, erizamiento de plumas y deshidratación. No se reporta el número de aves enfermas ni el número de muertas. En las aves examinadas a la necropsia se encontró que tenían miopatía pectoral postvacunal (Fotografía de la derecha) con un proceso infeccioso no solo en la masa muscular sino también en el tejido subcutáneo (Centro e izquierda); las fotografías del centro y de la izquierda muestra un "proceso infecciosos tipo II" en el tejido subcutáneo de la pechuga y parte anterior de la misma; muy probablemente la infección fue introducida junto con la vacuna; parte del material caseoso de forma laminar corresponde a la vacuna misma. |
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Imagen No. 5 En el diagnóstico convencional, este es un caso de "Cabeza hinchada". Las fotografías del centro (Región dorsal del cráneo) y de la derecha (Parte inferior de la cabeza) descritas como celulitis craneofacial, corresponden a un proceso infeccioso que se puede clasificar como II aunque no provenga de ninguna herida de la piel o solución de continuidad en la misma. Estas lesiones fueron descritas en otro artículo en este blog (Síndrome de cabeza hinchada). En la revisión del síndrome de cabeza hinchada, varios agentes etiológicos están comprometidos en su patogenesis. En nuestro grupo de trabajo creemos que la infección se adquiere por lesión de la conjuntiva ocular en presencia de altos niveles de amoníaco; igualmente la infección puede ganar el tejido conectivo subcutáneo a partir de rinitis purulenta, que es parte de las lesiones del síndrome de cabeza hinchada; la infección puede llegar desde los cornetes lesionados por altos niveles de amoníaco en el aire del galpón. Las aves (Pollo de engorde) a las cuales corresponden las fotografías tienen 19 días de edad y pertenecen a una granja de 55.000 aves de las cuales enfermaron 5.500 y murieron 120. Fueron remitidas al laboratorio de diagnóstico debido a que presentaron síndrome de cabeza hinchada, secreciones nasales y oculares. |
La celulitis aviar
está referida en la patología de Calnek
como un proceso inflamatorio, proceso infeccioso o simplemente PI y la define como una
enfermedad cutánea crónica que afecta el
abdomen de los pollos de engorde y la cual cursa con la formación de membranas de exudado
caseoso en los tejidos subcutáneos.
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Imagen No. 6 Estado infeccioso conocido como "Proceso infeccioso tipo II". Las fotografías corresponden a otro pollo de engorde del mismo caso que se muestra en la imagen No. 1: pollos de engorde de 48 días. Izquierda: cuarto trasero (Muslo y contramuslo) visto desde la articulación femorotibiotarsiana. En la fotografía del centro se puede tener una mejor relación anatómica: es la misma área que se muestra en la fotografía de la izquierda una vez retirada un poco la piel. Las aves fueron remitidas para examen de necropsia por presentar "cojeras". En todas las aves se pudo encontrar un relación entre lesiones en la piel y la presencia del estado infeccioso del tejido conectivo subcutáneo: en el círculo rojo de la fotografía de la derecha se aprecia una placa de material necrótico adherida a la superficie del músculo, la cual coincidía con una solución de continuidad en la piel por lesión traumática originada en "rasguños" hechos con las uñas. |
La revisión presentada
en el libro, indica principalmente el
aislamiento de Escherichia coli y
ocasionalmente de otras bacterias a partir de las lesiones crónicas del tejido
subcutáneo afectado; igualmente menciona que en estos casos, los serotipos
aislados de Escherichia coli son O2 y O78.
Es entendible
que el aspecto, además del riesgo sanitario, provoca que las canales de las aves
afectadas (los pollos de engorde), sean decomisados en las plantas de
sacrificio.
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Imagen No 7 "Proceso infecciosos tipo II" Pollo de engorde de 48 días de edad, de una granja con 46.000 aves de las cuales se reportan 2.250 enfermas y 124 muertas en los últimos tres días. Este es un caso representativo del proceso infeccioso adquirido a partir de un lesión o herida en la piel (Fotografía de la izquierda) con celulitis crónica como consecuencia del estado infeccioso (Proceso infeccioso tipo II). El Médico Veterinario remitente de las aves para diagnóstico por necropsia, informa lo siguiente: "Pollo sano y de un momento a otro se postra con problemas de locomoción, los pollos afectados mueren en uno o dos días". |
Como lo mencioné antes, en Colombia se ha decidido llamar proceso infeccioso tipo
II a la infección que se genera a partir de lesiones cutáneas o “rayaduras” desde
las cuales ingresa la bacteria causante del estado de inflamación; estas heridas en la piel son producidas con las
uñas en las porciones dorsales y a veces ventrolaterales o posteriores del
abdomen; estas lesiones generalmente tienen su origen, cuando las aves compiten
por tener acceso a los comederos. Dentro de este grupo se pueden incluir las
celulitis causadas por aplicaciones parenterales de vacunas.
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Imagen No 8. Se observan heridas o "rasguños" o "rayaduras" en la piel del abdomen los cuales son la puerta de entrada para las bacterias que se encargan de producir las lesiones características del proceso infecciosos tipo II o celulitis crónica. Pollos de engorde de 40 días de edad. Los "rasguños", nombre que se le da a esta lesión, son heridas en la piel que se producen cuando las aves se agrupan tratando de tener acceso al alimento, generalmente después de un período de ayuno. Las uñas de las aves que se posan encima de otras aves, son las encargadas de producir esta lesión. |
Las lesiones del
proceso infeccioso tipo II se distinguen de las lesiones o proceso infeccioso tipo I, ya que esta
última corresponde a una celulitis como resultado de una onfalitis, en la cual
la lesión inflamatoria se extiende alrededor del ombligo. No hay lesiones o
heridas cutáneas externas, con excepción de la inflamación en el área del
ombligo, la cual a veces ya no está cuando revisamos el ave, pero el proceso
infeccioso ha ganado el tejido subcutáneo.
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Imagen No. 9 Onfalitis, pollos de engorde de 2 días de edad. Esta lesión es frecuente en las granjas y reflejan deficiencias en el proceso de incubación. La infección del ombligo con bacterias piógenas genera un cuadro de procesos infeccioso tipo I. Tenemos la hipótesis de que si el ombligo sana, la infección puede quedar latente e iniciar días más tarde, ante una inmunodepresión, un proceso infeccioso que podría clasificarse como tipo II (Debido al aspecto, aunque la infección no haya ingresado a través de una herida cutánea). |
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Imagen No. 10 Las fotografías del centro y de la derecha, corresponden a dos de las aves que se aprecian en la fotografía de la izquierda. Son pollos de engorde de 6 días de edad, de una granja de 32.640 aves. Cinco aves fueron remitidas para necropsia y complementarios para evaluar la causa de las "cojeras" que presentaron los pollos de la granja: 2.000 de los pollos resultaron afectados. Es probable que el aspecto de inflamación que se observa en las fotografías del centro y de la derecha correspondan a un estado infecciosos tipo I, el que posteriormente puede causar un aspecto como el de las inflamaciones crónicas tipo II. |
Al revisar en la
patología general lo relacionado con proceso infeccioso, encontré que es el
resultado de un desequilibrio en la relación del microorganismo y el
huesped, mejor dicho es una infección, la cual tiene varios grados dependiendo
de su estado evolutivo en el que entran en juego una serie de fenómenos
inmunológicos. La denominación no es tan simple como tipo I y tipo II como la
conocemos actualmente para referirnos al origen y al estado evolutivo de las
celulitis encontradas en aves en su región abdominal. De acuerdo con lo que
dice la patología general acerca de lo
que es un proceso infeccioso, estamos utilizando términos no adecuados ni
precisos.
Oportunidad de
infección (Heridas, onfalitis, vacunas): el agente patógeno que ingresa, que va
a desencadenar el cuadro y la forma como evoluciona, dependen de factores tales
como el grado de agresividad del microorganismo y el estado inmunológico del huesped.
Como estos
estados infectivos son de etiología bacteriana, nos debemos referir a ellos
como infecciones bacterianas, para entender su denominación en estadíos y para
entender los fenómenos que corresponden a cada uno de estos estadíos, que son
los siguientes:
Proceso infeccioso bacteriano tipo I: cuando la bacteria
se hace presente en el tejido, llegan al área glóbulos blancos para ejercer la
primera línea de defensa: la fagocitosis.
Proceso infeccioso bacteiano tipo II: ocurre cuando un
número considerable de microorganismos sobreviven dentro de los glóbulos blancos
que los han fagocitado, allí se pueden
multiplicar, pero llega un momento en que el glóubulo que los contiene se lisa,
dejando salir un nuevo gran número de bacterias.
Proceso infeccioso bacteriano tipo III: los glóbulos blancos liberanen en el área afectada,
intermediarios químicos en el proceso de inflamación, los cuales atraen al área
gran cantidad de heterófilos.
Proceso infeccioso bacteriano tipo IV: sucede cuando un
número importante de heterófilos llega al área infectada y las bacterias se
rodean de una “cápsula” para impedir el proceso de fagocitosis.
Proceso infeccioso bacteriano tipo V: las bacterias infectantes se multiplican dentro de la
“cápsula” que las contiene, aumentando la respuesta inflamatoria.
Proceso infeccioso bacteriano tipo VI: la fagocitosis inicial ha desencadenado una serie de fenómenos
inmunológicos entre ellos la de presentación de antígeno y generación de
anticuerpos, entre ellos los opsonizantes, los cuales permiten la fagocitosis
bacteriana, deteniendo la agresión a los tejidos y “poniendo fin” al proceso inflamatorio.
Se concluye que el proceso infeccioso corresponde más a una serie de eventos microscópicos antes que al aspecto macroscópico de estas lesiones.
Visto de esta
manera es muy sencillo. Pero los casos
de campo llegan a ser tan dramáticos que
se piensa que hay una serie de
fenómenos que permiten que las lesiones evolucionen a un grado
tal, que el aspecto de las canales
conduzca a su decomiso en las plantas de sacrificio. Desde luego, debe haber
una interacción entre el huesped y las condiciones que rodean al mismo, la
bacteria y la patogenicidad de la misma.
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Imagen No. 11 "proceso infecciosos tipo II" en pollos de engorde de 48 días de edad. Fotografías de otras aves como las que se muestran en las imágenes Nos. 1 y 6: provienen de una granja con 25.000 aves de las cuales enfermaron 668: presentaban claudicación o "cojeras". En las aves examinadas y afectadas por este estado infeccioso, se pudo encontrar una relación entre la presencia de lesiones (Soluciones de continuidad y heridas en la piel producidas por "rasguños" con las uñas) y el estado infeccioso. En los círculos en rojo se muestran las áreas en el tejido conectivo vinculadas con las lesiones de la piel y por donde muy probablemente ingresó la infección. |
Tanto en lo
que llamamos proceso infeccioso tipo I como en el proceso infeccioso tipo II,
el factor común es una lesión (Onfalitis o herida en la piel además de la
aplicación de vacunas) que se constituye en la puerta de entrada: para una
bacteria patógena como tal o para una bacteria oportunista.
Esto puede
ser debido bien a la actividad de microorganismos intrínsecamente patógenos
o a la de microorganismos patógenos oportunistas bien de la flora normal
o de otras poblaciones bacterianas que por heridas o por descenso de las
defensas inmunitarias llegan a colonizar sitios no permitidos, desarrollando
allí su acción patógena.
La
diferencia entre unas y otras está dada, en el caso de las primeras, por su
patogenicidad, es decir por la
capacidad para producir enfermedad
infecciosa en el ave (La patogenicidad se mide por la virulencia que es en sí
la cuantificación de la patogenicidad). Estas bacterias pueden producir
enfermedad en aves aún en aquellos animales previamente sanos, se denominan
patógenos primarios.
Los
patógenos oportunistas son aquellos que aprovechan alteraciones en los
mecanismos de defensa del hospedero, para infectarlo y producir enfermedad.
La línea
divisoria no es tan evidente en los casos de campo porque las
inmunodeficiencias son a veces temporales o leves y pasan inadvertidas; muchas
veces las inmunodeficiencias van
asociadas a la oportunidad de infección: una onfalitis y/o las heridas en la piel (O la aplicación parenteral de una
vacuna).
En términos
más prácticos, para que las bacterias
puedan desarrollar su acción patógena, en el caso de la celulitis denominada
proceso infeccioso, se requieren los siguientes eventos: colonización,
penetración, multiplicación, invasión.
1- Colonización
La vía de
colonización de los microorganismos exógenos es la piel para el caso de la celulitis del
proceso infeccioso tipo II, en la cual las bacterias son expuestas directamente
en el tejido cutáneo o subcutáneo lesionados. La vía de colonización en el caso
del proceso infeccioso tipo I, es un saco vitelino infectado o la infección del
ombligo en el proceso de incubación.
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Imagen No. 12 El tejido subcutáneo cervical presenta un estado inflamatorio fibrinopurulento; este tipo de lesión se puede catalogar como celulitis o "proceso infeccioso", no se encontraron lesiones cutáneas que explicaran la vía de entrada de los agentes patógenos responsables del estado inflamatorio. Los tejidos corresponden a un pollo de engorde de 49 días de edad, procedente de una explotacion "casera" de 2.500 aves de las cuales enfermaron 1.000, presentaron "síndrome de cabeza hinchada", incluye celulitis craneofacial y sinusitis aguda. Es probable que la celulitis cervical sea una continuidad del proceso infeccioso existente en la cabeza. El estudio histopatológico de órganos de estas aves permitió determinar un alto grado de depleción linfoide y lesiones atróficas de la bolsa de Fabricio y criptosporidiosis en el epitelio traqueal. |
En el caso
de infecciones de origen exógeno, las bacterias deben resistir los sistemas de
defensa a los que son expuestas bien sea por su entrada por la piel o por el
ombligo inflamado, incluyendo ciertos tipos de anticuerpos.
No
consideramos en nuestro caso específico la adhesión a la superficie de
epitelios puesto que los casos de campo observados de “procesos infeccioso tipo II” la piel está
lesionada. No creemos que las bacterias ingresen al organismo por la piel
intacta por medio de moléculas de la
superficie celular que actúan con las bacterias. En casos tipo II, las bacterias son expuestas directamente en el tejido
conectivo.
2- Penetración
Para realizar su actividad patógena, en el caso del proceso infeccioso
tipo II, las bacterias no tienen que atravesar epitelios: generalmente hay una
herida (Rasguños).
Un segundo
grupo penetra de una forma pasiva bien mediante la acción de fómites como las
agujas u otro objeto, en el caso de la vacunación.
En el caso
del “proceso infeccioso tipo I”, en la penetración de las bacterias al tejido
subcutáneo debe haber un proceso infeccioso preliminar desde el saco vitelino o
desde el ombligo en cuyo caso podrían las bacterias podrían estar haciendo uso
de sus “habilidades” intrínsecas para adherirse a un epitelio y penetrar través
de él.
3- Multiplicación
Una vez que
el patógeno ha penetrado el interior del tejido, debe multiplicarse para
alcanzar un número crítico que le permita iniciar la infección local o invadir el organismo y desarrollar su acción
patógena. Para ello deben obtener del huésped los nutrientes, mientras evitan
la acción de los sistemas de defensa. Para el establecimiento de la enfermedad
infecciosa no solo es necesaria la multiplicación sino que también es
importante la velocidad de crecimiento ya que este factor condiciona el tiempo
requerido para que el patógeno colonice el huésped.
4- Invasión
En el curso
de la infección, las bacterias producen como consecuencia de su metabolismo
diversas substancias que dificultan o impiden la acción de los sistemas de
defensa del huésped. Entre estos factores hay que considerar la composición de la
pared celular que hace a las bacterias resistentes a factores del sistema de
defensas humorales, la presencia de cápsulas que impiden la fagocitosis, la
liberación de toxinas antifagocíticas y la producción de enzimas extracelulares
con actividad enzimática denominadas invasinas.
Este es el
fenómeno más interesante para el caso del proceso infeccioso que nos ocupa,
pues es bien claro que hay una diseminación de la infección, pero que
igualmente hay unas barreras que hacen
que todo se quede en un proceso local.
Las
celulitis que se detectan en las poblaciones aviares, específicamente en los
pollos de engorde, tienen en la mayoría
de los casos un estado infectivo inaparente o subclínico, el verdadero alcance
se entiende solo cuando se descubre la lesión (En la necropsia o en la planta
de sacrificio) la cual algunas veces llega a ser muy extensa.
5. Infección inaparente
En la que el
huésped no muestra una respuesta clínica específica, pero sí se observa una
respuesta inmune. Es una infección asintomática o subclínica.
6. Enfermedad infecciosa
En la que se
producen síntomas clínicos y respuesta inmune. No tenemos claro si a partir de
un “proceso infeccioso tipo II” las bacterias puedan multiplicarse e
invadir órganos internos, tal es el caso
de las infecciones con Escherichia coli
que se traducen en aerosaculitis, en poliserositis o en artritis purulentas.
No es
posible entender la patogénesis de las infecciones que conducen a un estado de
celulitis o proceso infeccioso subcutáneo aisladamente, sin tener en cuenta las
características de cada huésped. La enfermedad infecciosa es el resultado de un
desequilibrio entre los factores de virulencia de una cepa bacteriana
particular y los mecanismos de defensa de un determinado huésped en contra de
este último. El fin último de toda bacteria patógena no es dañar a su huésped,
y menos aún matarlo, porque su propia población quedaría entonces desprotegida
y obligada a buscar otros huéspedes. Por el contrario su mayor éxito es
evolucionar para adaptarse mejor a su huésped y multiplicarse a sus expensas causándole
el mínimo daño posible.
En el caso
de los procesos infecciosos que se traducen en celulitis en los pollos de
engorde y en las ponedoras, específicamente hay que agregar que el desequilibrio que se mencionó
en el párrafo anterior, está favorecido por el hecho que la bacteria encuentra
una puerta de entrada en el caso de las
heridas de la piel, o es introducida en forma pasiva como el caso de las
aplicaciones de vacunas parenterales cuando las agujas arrastran bacterias.
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Imagen No. 13 Reproductoras de 12 semanas de edad procedentes de una granja de 33.000 aves; el protocolo de envío de las aves para examen de necropsia y complementarios no informa sobre número de aves enfermas y/o muertas; el Médico Veterinario remitente indica que las aves afectadas presentan postración, erizamiento de plumas, decaimiento y deshidratación. En todas las aves examindas se encontró miopatía pectoral postvacunal por infección de los tejidos donde la vacuna fue depositada por contaminación del equipo de vacunación. Una de las consecuencias, además de la miopatía, consistió en celulitis. Las fotografías corresponden al mismo caso expuesto en la imagen No.4 |
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Imagen No. 14 Las fotografías corresponden a ponedoras comerciales de 24 semanas de edad de una granja de 65.000 aves de las cuales se reportan 30.000 aves enfermas y 300 muertas. La historia remitida al laboratorio de diagnóstico dice que hay inflamación facial y alguna sintomatología que indica que las aves padecían laringotraqueitis viral (Expulsión de moco sanguinolento), como efectivamente se demostró en la evaluación histopatológica. Un hallazgo de necropsia consistió en la celulitis a nivel pectoral y la miopatía pectoral de origen vacunal. |
El caso de
las celulitis en aves, como proceso infeccioso que es, creo las bacterias no
invaden el cuerpo sino que se ubican en el tejido subcutáneo y por un mecanismo
no entendido todavía, se localizan allí, creo que sin expandirse a otros sitios
del organismo del ave.
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Imagen 15 Aves de levante para ponedoras comerciales de 11 semanas de edad de una granja de 248.000 aves de las cuales todas se reportan afectadas por problema respiratorio con presencia de lesiones de colibacilosis crónica (Perihepatitis, pericarditis, aerosaculitis). En cinco aves remitidas al laboratorio de diagnostico para examen de necropsia y complementarios, se observó miopatía pectoral superficial y profunda postvacunal; se observaron además lesiones de un "proceso infecciosos tipo II", en el tejido conectivo subcutáneo del área interna de las porciones proximales de las extremidades pélvicas ("Contramuslos"): ver fotografía de la derecha. |
Con base en
lo anterior, considero que se deben utilizar los términos adecuados para cada
uno de los casos de los tipo de celulitis conocidos hasta el momento como “Procesos
infecciosos tipos I y II”